Seguridad
Incendio provocado en represa chilena expone profundas divisiones con China sobre soberanía y derechos indígenas
El proyecto ha estado en desarrollo durante más de una década y ha enfrentado una resistencia sostenida por parte de las comunidades indígenas, residentes y grupos ambientalistas.
![Investigadores chilenos examinan las consecuencias de un incendio intencional que destruyó más de 50 camiones y maquinaria pesada en la central hidroeléctrica de Rucalhue, en el sur de Chile. [Policía de Investigaciones de Chile]](/gc4/images/2025/05/19/50455-chile1-600_384.webp)
Por Alicia Gutiérrez |
SANTIAGO -- Un incendio provocado la madrugada del 20 de abril tuvo como blanco la central hidroeléctrica Rucalhue, en el sur de Chile. Este es el más reciente y grave acto de violencia contra un controvertido proyecto financiado por una empresa estatal china.
Según las autoridades locales, un grupo de 12 individuos no identificados y armados irrumpió en las instalaciones, incendiando 51 camiones en lo que los funcionarios describieron como el incidente más grave de su tipo en la región en más de 30 años.
La planta, situada en la región Bío-Bío a unos 500 kilómetros al sur de Santiago, está operada por Rucalhue Energía, una empresa controlada por el consorcio chino International Water & Electric Corp. (CWE), filial de la empresa pública China Three Gorges Corporation.
Valorado en casi 350 millones de dólares, el proyecto ha estado en desarrollo durante más de una década y ha enfrentado una resistencia sostenida por parte de las comunidades indígenas, los residentes y los grupos ambientalistas.
Reclamos de compensación
Durante una visita a China del 12 al 14 de mayo, el canciller chileno, Alberto van Klaveren, restó importancia al ataque incendiario del mes pasado. Lo calificó de "incidente aislado", basándose en las investigaciones preliminares.
El comentario se produjo semanas después de que el embajador chino en Chile, Niu Qingbao, ofreciera una conferencia de prensa en Santiago, donde exigió una compensación por las pérdidas económicas del incendio del 20 de abril e instó a las autoridades chilenas a aplicar un "castigo severo" a los responsables.
A través de un intérprete de español, Niu pidió "la garantía efectiva de la seguridad de los ciudadanos y los proyectos chinos", así como un entorno empresarial seguro y estable para las inversiones chinas en el país.
Los comentarios, inusualmente contundentes, provocaron una rápida respuesta de las autoridades chilenas. El ministro del Interior, Álvaro Elizalde, condenó la violencia, pero defendió firmemente la soberanía de Chile.
"No aceptaremos ningún tipo de presión", comentó Elizalde a la prensa el 21 de abril, según la agencia de noticias Biobiochile. Chile no aceptará "ningún tipo de presión, ni extorsión y menos actos de violencia que pretendan frenar inversiones, sean éstas grandes o pequeñas".
"Y, por tanto, se van a llevar adelante todas las iniciativas necesarias para consagrar el respeto estricto al Estado de derecho conforme corresponde a la democracia chilena", agregó.
Durante su visita a Pekín, Van Klaveren afirmó que "el tema de las compensaciones depende justamente de nuestra propia institucionalidad".
Las tensiones aumentan con China
Una visita planificada para fines de abril por residentes indígenas a la embajada china en Santiago fracasó luego de que los diplomáticos chinos se negaran a recibirlos, alegando preocupaciones de seguridad.
El grupo esperaba plantear quejas de larga data sobre el proyecto hidroeléctrico Rucalhue, una iniciativa respaldada por China que, dicen, amenaza su medio ambiente, su cultura y su patrimonio espiritual.
El rechazo de la embajada profundizó la percepción de que Pekín prioriza la protección de sus inversiones por sobre el compromiso con las comunidades indígenas en la región del Bío-Bío, donde la oposición al proyecto de 350 millones de dólares ha estado latente durante más de una década.
Evaluna Morales, representante de la organización indígena Malen Leubü, acusó al proyecto hidroeléctrico Rucalhue de destruir la vegetación nativa y lugares sagrados del sur de Chile.
"Ya se talaron muchas especies nativas, vulnerables, que son árboles medicinales para nuestra cultura, que son únicos e irreproducibles", declaró Morales al Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA) en un artículo del 28 de abril.
El desarrollo había destruido un ngen, un espíritu de la naturaleza fundamental para las creencias mapuche, indicó Morales. "Vulneraron muchos de nuestros derechos".
"Amedrentamiento"
El proyecto bloquea el acceso a zonas históricamente utilizadas por su comunidad a lo largo del río Bío-Bío, incluyendo sitios ricos en lawen, plantas medicinales que no crecen en el Alto Bío-Bío, explicó Morales. "Ya se vieron arrasados", añadió.
Las comunidades indígenas han acusado al Estado chileno de respaldar inversiones extranjeras a expensas de sus tierras ancestrales.
Existe un "amedrentamiento", señaló Morales. "[El gobierno] está respaldando todas las empresas e inversiones internacionales que vienen a seguir profundizando el saqueo en nuestro territorio".
Desde la cancelación de la reunión, el embajador chino ha atraído un inusual escrutinio de los medios y se enfrentó públicamente con prominentes figuras chilenas. En un intercambio, criticó a la veterana periodista Karin Ebensperger por una columna en El Mercurio en la que acusaba a China de socavar el comercio global y local mediante el dumping y los subsidios estatales.
En una carta publicada por el periódico, Niu acusó a la columnista de repetir como un loro "mentiras e insultos de los medios occidentales" y de ignorar lo que describió como el progreso socioeconómico de China.
El incendio provocado en la planta de Rucalhue en abril, unido a las crecientes tensiones públicas, ha llevado la relación de Chile con China a uno de sus momentos más tensos de los últimos tiempos, en medio de un escrutinio más profundo de las prácticas empresariales y la diplomacia chinas en el país.