Medio Ambiente
Jefe indígena brasileño evita la destrucción de la Amazonía
Un campo de batalla que dura décadas: mineros, madereros y colonos arrasan implacablemente la mayor selva tropical del mundo para alimentar el creciente apetito de China por la soya y la carne de res.
![El líder indígena brasileño, jefe Raoni Metuktire del pueblo kayapó, en el Instituto Raoni en Peixoto de Azevedo, estado de Mato Grosso. El veterano defensor de la Amazonía continúa su lucha de décadas, instando a los líderes mundiales a afrontar las amenazas que enfrentan las comunidades indígenas, desde la deforestación hasta la minería ilegal. [Pablo Porciuncula/AFP]](/gc4/images/2025/05/15/50427-brazil1-600_384.webp)
Por AFP |
METUKTIRE, Brasil – No es necesario un Sistema de Posicionamiento Global para encontrar el territorio natal del residente más famoso de la Amazonía, el jefe indígena brasileño Raoni Metuktire.
Al acercarse a su territorio indígena Capoto/Jarina, en el estado de Mato Grosso, las grandes plantaciones de monocultivo de soya o maíz dan paso a una exuberante y verde selva tropical.
Este es el epicentro de una batalla que dura décadas contra los mineros, los madereros ilegales y los colonos que están talando y quemando la mayor selva tropical del mundo para producir soya y carne de res para China.
Instantáneamente reconocible por su placa de madera en el labio y su tocado de plumas, Raoni no conoce su fecha de nacimiento, pero se cree que tiene alrededor de 90 años.
![Vista aérea de sitios de minería ilegal en el territorio indígena Kayapó, estado de Pará, Brasil, captada durante un vuelo de Greenpeace en marzo. La región, hogar del líder indígena más influyente de Brasil, el cacique Raoni Metuktire, ha liderado durante décadas la lucha contra la deforestación. [Pablo Porciuncula/AFP]](/gc4/images/2025/05/15/50429-brazil2-600_384.webp)
Hace tres décadas, recorrió el mundo con el activista y estrella del rock británico Sting para presionar a favor de los derechos de los indígenas.
Su aldea natal, Metuktire, llamada así por su clan, pertenece al pueblo kayapó. A ella se llega principalmente en barco por el río Xingú, un afluente del Amazonas.
El formidable jefe vivió la mayor parte de su vida en una de las chozas de paja y madera dispuestas en un amplio círculo alrededor de un claro del bosque.
Actualmente reside la mayor parte del tiempo en la cercana ciudad de Peixoto de Azevedo por razones de salud.
"Yo no permito 'garimpeiros' ni 'madereiros' en nuestra tierra", afirmó enfáticamente el jefe a AFP.
La comunidad de Raoni, formada por 1600 personas, tiene un enfoque doble para defender su tierra ancestral: realizar patrullas contra los intrusos y enseñar a los jóvenes indígenas a resistir la tentación de enriquecerse rápidamente a costa de la destrucción de la selva tropical.
Sólo el 0,15% del territorio de Capoto/Jarina, que ocupa una superficie cuatro veces mayor que la del área metropolitana de São Paulo, ha sido afectado por la deforestación, según estadísticas oficiales.
"Este territorio es nuestro"
La designación de la tierra como territorio indígena, donde la deforestación es un delito, ha demostrado ser eficaz para contener el feroz ataque de la minería y la agricultura ilegales.
Los territorios indígenas han perdido menos del 2,0% de sus especies vegetales nativas desde 2008, en comparación con el 30% en tierras no indígenas, según el Instituto Socioambiental, una ONG brasileña.
Pero para que el Estado reconociera las tierras de su clan como territorio indígena, Raoni tuvo que recurrir a medidas desesperadas.
Los medios brasileños han relatado cómo, en 1984, él y su sobrino secuestraron un ferry. Cuarenta días después, el estado cedió.
"Aquí ya tuvimosGarimpeiros y ocupación de blancos, pero hemos guerreado hasta expulsarlos para siempre", explicó a AFP Beptok Metuktire, otro líder de la comunidad, donde la mayoría usa el nombre del clan como apellido.
"Les mostramos que este territorio es nuestro", añadió el hombre de 67 años en el idioma kayapó de la comunidad.
22 000 campos de fútbol
Sin embargo, las tierras indígenas siguen siendo atacadas y cada año se les despoja de miles de hectáreas de vegetación nativa.
Cerca del territorio Capoto/Jarina, en una zona habitada por otras ramas del pueblo kayapó de Raoni, la jungla verde esmeralda está marcada por enormes cráteres marrones y charcos de agua salobre, características de la minería ilegal del oro.
AFP vio decenas de excavadoras hidráulicas operadas por trabajadores acampados en el lugar durante un vuelo organizado por la ONG ambiental Greenpeace.
El territorio Kayapo ha perdido el equivalente a 22 000 campos de fútbol de bosque debido a la minería ilegal de oro, según Greenpeace, que señala la creciente presencia en la región de grupos del crimen organizado como el Comando Vermelho, una de las bandas más grandes de Brasil.
"Los blancos convencen a algunos líderes indígenas para explotar oro, lo que provoca intrigas e incluso muertes entre las familias pobladoras", señaló Roiti Metuktire, coordinador de protección territorial del Instituto Raoni, que defiende los derechos indígenas.
"Cambiarlo es difícil, porque las personas se acostumbraron al dinero del crimen y el territorio ya quedó devastado, entonces tampoco tendrían qué comer", indicó.
"Nuestro mundo se va a extinguir"
Si bien la tierra natal de Raoni hasta ahora ha logrado protegerse de las peores amenazas, una amenaza se cierne con más fuerza que nunca: los incendios forestales.
La Amazonía brasileña fue devastada por una cifra asombrosa de 140 000 incendios el año pasado, muchos de ellos iniciados para despejar tierras para el ganado o los cultivos.
Un incendio en Capoto/Jarina destruyó cultivos y plantas medicinales, comentó el líder comunitario Pekan Metuktire.
"Cuando era joven, el clima en esta aldea era normal. Pero ahora el sol quema, la tierra se seca, los ríos desbordan. Si esto sigue así, nuestro mundo se va a extinguir", añadió.