Crimen y Justicia

Los estudiantes peruanos viven atemorizados por las bandas extorsivas

Cientos de colegios privados en Perú han pasado a la virtualidad debido al aumento de la extorsiones, y bandas como la venezolana Tren de Aragua son acusadas de aterrorizar a las ciudades.

Soldados peruanos vigilan mientras los padres dejan a sus hijos en el colegio San Vicente de Lima, blanco de un caso de extorsión. [Ernesto Benavides/AFP]
Soldados peruanos vigilan mientras los padres dejan a sus hijos en el colegio San Vicente de Lima, blanco de un caso de extorsión. [Ernesto Benavides/AFP]

Por AFP |

LIMA -- Primero fueron por los dueños de comercios y conductores de autobuses, ordenándoles que pagaran el dinero de la protección so pena de muerte.

Ahora las pandillas de extorsión que están aterrorizando Perú han puesto la mira en las escuelas de pago, amenazando con matar al personal o a los padres "dentro o fuera" del aula a menos que desembolsen decenas de miles de dólares.

Temiendo por la seguridad de los alumnos, cientos de escuelas privadas han cerrado sus puertas y han optado por dar clases en línea en los últimos meses, lo que pone de relieve el agravamiento de la crisis de seguridad en el país sudamericano plagado de pandillas.

El nuevo año escolar empezó en marzo en el hemisferio sur, pero en realidad no empezó hasta principios de abril para los alumnos de primaria y secundaria del colegio San Vicente, en el norte de Lima.

Soldados peruanos custodian la escuela San Vicente en Lima mientras los padres dejan a sus hijos tras una amenaza de extorsión y un ataque. [Ernesto Benavides/AFP]
Soldados peruanos custodian la escuela San Vicente en Lima mientras los padres dejan a sus hijos tras una amenaza de extorsión y un ataque. [Ernesto Benavides/AFP]

Las clases recién habían comenzado en marzo cuando una pandilla atacó la escuela con explosivos por negarse a pagar 27.000 dólares como protección.

Nadie resultó herido en el ataque, que dañó la puerta de entrada, pero las autoridades ordenaron inmediatamente a los 1.200 estudiantes de la escuela que se quedaran en casa durante un mes.

Cuando regresaron la semana pasada, los niños y niñas que llevaban sus mochilas con rueditas de colores brillantes y los padres ansiosos que les tomaban la mano se encontraron con una visión que daba mucho que pensar: cinco soldados con uniformes de faena, rifles de asalto y máscaras, haciendo guardia en la entrada.

"Es prácticamente como una pandemia pero con armas"

La extorsión es una práctica generalizada en América Latina, pero ha crecido hasta alcanzar proporciones colosales en Perú, donde bandas locales y organizaciones transnacionales como la venezolana Tren de Aragua son acusadas de exigir rescates a pueblos enteros.

Las ganancias millonarias hacen que el negocio de la extorsión sea más lucrativo que el tráfico de drogas o de personas, según fuentes de inteligencia.

En marzo, la presidenta Dina Boluarte declaró el estado de emergencia por un mes en Lima, enviando soldados a las calles para ayudar a mantener la paz después de una ola de asesinatos relacionados con la extorsión, incluido el de una estrella de cumbia, Paul Flores.

Las escuelas son el blanco cada vez más frecuente de los grupos delictivos, que ven grandes ganancias en establecimientos como San Vicente, que cobran 1.485 dólares anuales de matrícula.

Giannina Miranda, presidenta del Colectivo Educar con Libertad, una asociación de escuelas privadas, explicó a AFP que este delito obligó a 325 establecimientos en todo el país a suspender las clases en las aulas de manera indefinida.

En total, el crimen organizado ha afectado a 500 escuelas privadas, dijo.

"Es prácticamente como una pandemia pero con armas", comentó a AFP el padre de 40 años de un niño que asiste a la escuela San Vicente, hablando bajo condición de anonimato.

El hombre señaló que vivía con el temor de que "lo más preciado, nuestros hijos", resultaran lastimados.

Matar “dentro o fuera” del colegio

Antes del ataque, la dirección del San Vicente había recibido un mensaje de WhatsApp de desconocidos exigiendo 100.000 soles (unos 27.000 dólares) para no atacar el colegio.

Tras el ataque, el colegio recibió una nueva amenaza a través de un vídeo.

"YA TE EXPLOTE TU COLEGIO Y AUN SIN DARME SOLUCIÓN", se lee en un cartel blanco rodeado de balas, fusiles y pistolas.

Terminó con una amenaza de matar a un guardia de seguridad, profesor o padre "dentro o fuera de la escuela".

Una mujer de 70 años que dejó a su nieto en San Vicente expresó a AFP que ante "tanto miedo y tensión", muchas familias estaban considerando dejar a sus hijos en casa.

La madre de 30 años de un niño de seis que asiste a otro colegio privado en el norte de Lima, Pitágoras, que ha suspendido las clases por extorsión, dijo a la AFP que le costó responder a su hijo cuando le preguntó si "algo muy malo está pasando".

Con gafas de sol y una máscara para ocultar su identidad, declaró: "Tener yo que enseñarle a mi hijo que cuando vuelva al colegio, si escucha un disparo o si escucha una explosión, se resguarde debajo de su pupitre".

Bajo presión

El número de denuncias presentadas por extorsión fue de 19.443, indicando una caída del 13% interanual en 2024, según la policía peruana.

Pero las autoridades admitieron que muchas víctimas no denuncian las amenazas o ataques a la policía, porque temen por sus vidas.

En los primeros tres meses del año, la policía registró 459 homicidios en zonas urbanas de Perú, la cifra más alta en dos décadas.

La madre de otro estudiante de la escuela Pitágoras comparó el clima de terror con el infundido por una brutal insurgencia de la izquierda en Perú en las décadas de 1980 y 1990.

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