Educación

La prohibición de los celulares en las escuelas de Brasil devuelve la vitalidad a los espacios de recreo y mejora el aprendizaje

Los escolares de Brasil, un país de más de 200 millones de habitantes, comienzan el año escolar con una nueva ley que prohíbe el uso de celulares durante las clases y los recreos.

Estudiante de la escuela pública Reverendo Martin Luther King coloca su celular en una caja asignada antes de dirigirse a clase en Río de Janeiro, Brasil. [Pablo Porciuncula/AFP]
Estudiante de la escuela pública Reverendo Martin Luther King coloca su celular en una caja asignada antes de dirigirse a clase en Río de Janeiro, Brasil. [Pablo Porciuncula/AFP]

Por AFP |

RIO DE JANEIRO -- En Río de Janeiro, las risas de los niños vuelven a llenar los espacios de recreo, como en los días en que los teléfonos móviles no acaparaban su atención.

Este resurgimiento del juego tradicional y la mejora de la atención en el aula se produce tras una pionera prohibición de los celulares en las escuelas de la ciudad, una política que ahora se ha adoptado en todo el país.

Los alumnos de todo Brasil, que tiene más de 200 millones de habitantes, están comenzando el año escolar con la prohibición de los teléfonos en las clases y en el recreo tras una nueva ley firmada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en enero.

Brasil, que tiene más teléfonos inteligentes que habitantes, se une a un número creciente de naciones que recurren a estas prohibiciones para apartar los dispositivos de las manos de los niños obsesionados con las redes sociales.

Estudiante recoge su celular al final de la jornada escolar en la Escuela Pública Reverendo Martin Luther King en Río de Janeiro, Brasil. [Pablo Porciuncula/AFP]
Estudiante recoge su celular al final de la jornada escolar en la Escuela Pública Reverendo Martin Luther King en Río de Janeiro, Brasil. [Pablo Porciuncula/AFP]

"Fue difícil porque nos volvemos adictos, y cuando no lo tenemos (el celular), provoca una cierta abstinencia (...) pero después de que el hábito pasa, interactuamos más", cuenta Kamilly Marques, de 14 años.

Kamilly, una estudiante de la escuela pública Reverendo Martin Luther King de Río de Janeiro, dijo a la AFP que ya ni siquiera se molestaba en llevar el teléfono al colegio, un año después de que la ciudad impusiera la prohibición.

No es la única. Ahora, solo unos pocos estudiantes se detienen bajo el gran mural del héroe de los derechos civiles de EE. UU. para colocar sus dispositivos en cajas de plástico antes de ir a clase.

Kamilly dijo que, aunque al principio pensó que la prohibición era "molesta" y "aburrida", ahora está más contenta con la mejoría de sus notas y de su vida social.

"Había un compañero de clase que sufría 'cyberbullying' y ni siquiera lo sabíamos, porque estábamos más concentrados en nuestros teléfonos que en nuestros amigos", explica.

Adictos y ansiosos

A finales de 2024, el 40% de los sistemas educativos mundiales tenían algún tipo de prohibición del uso de teléfonos inteligentes en las escuelas, frente al 30% del año anterior, según el organismo educativo y cultural de las Naciones Unidas (ONU), la UNESCO.

El secretario municipal de Educación de Río, Renan Ferreirinha, declaró a la AFP que las autoridades habían notado que los niños habían vuelto a las aulas después de la pandemia de COVID "más agitados, más impacientes, más adictos a los celulares y mucho más ansiosos".

Una encuesta realizada a padres en 2024 por la empresa de investigación digital Opinion Box y la plataforma de la industria móvil Mobile Time mostró que la mayoría de los niños brasileños recibieron su primer celular a una edad promedio de 10 años.

Mientras que los niños menores de tres años pasan casi una hora y media al día en los teléfonos inteligentes, esta cifra aumenta a casi cuatro horas para los de entre 13 y 16 años.

Un estudio realizado por el municipio de Río de Janeiro en septiembre mostró mejoras en la concentración, la participación en clase y el rendimiento de los alumnos desde que se implementó la prohibición escolar.

Ferreirinha, quien también es diputado federal, actuó como relator de la ley que llevó la prohibición a todo el país.

Si moderar el uso del celular "es difícil para un adulto, imagínese para un chico. No tiene ningún sentido que un profesor trate de dar clase mientras el niño está viendo un video en las redes sociales o jugando en su teléfono", dijo.

En una visita reciente a una escuela, un niño le dijo que habían vuelto a jugar como lo hacían los niños "en los viejos tiempos".

"Mucho más feliz"

Fernanda Heitor, de 46 años, vicedirectora de la escuela Reverendo Martin Luther King, que tiene alumnos de entre seis y dieciséis años, dijo que las clases se habían vuelto insostenibles antes de la prohibición.

"Hubo resistencia. Incluso hoy, algunos todavía esconden sus móviles cuando entran a la escuela", explica.

Describió el recreo de antes como "islas" de niños sentados pegados a sus teléfonos.

"No interactuaban, no jugaban mucho, no hablaban. Ahora juegan (...) Esto ha transformado la escuela. Se ha vuelto mucho más alegre, más animada".

La nueva ley de Brasil permite el uso de celulares con fines educativos, en casos de emergencia y por motivos de salud.

Fabio Campos, especialista en educación y tecnología, declaró a la AFP que, aunque consideraba que la ley era necesaria, se debería enseñar a los niños a utilizar la tecnología de forma responsable.

"Brasil es un país de desigualdades. Muchos alumnos sólo tienen acceso a la tecnología en la escuela. Así que, si esto significa que las escuelas se volverán menos tecnológicas, es un fracaso".

Los padres también deben imponer más límites en casa, dijo Ferreirinha.

En la escuela Reverendo Martin Luther King, Pedro Henrique, de 11 años, sigue llevando su teléfono al colegio todos los días y lo usa mucho en casa.

"Lo extraño un poco" en los recreos, admite y agrega que al final del día "me siento feliz porque lo voy a usar".

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