Seguridad
La expansión binacional del ELN profundiza la inestabilidad en la frontera entre Colombia y Venezuela
Negociar la paz con el ELN es cada vez más difícil, ya que el grupo se ha convertido en una organización criminal binacional que protege al régimen de Maduro en Caracas.
![(De izquierda a derecha) Los delegados del Ejército de Liberación Nacional (ELN) Isabel Torres, Aureliano Carbonell, Nicolás Rodríguez y Bernardo Téllez conversan durante un evento relacionado con las conversaciones de paz con el gobierno colombiano en Caracas en septiembre de 2023. Al fondo se ve una bandera venezolana. [Yuri Cortez/AFP]](/gc4/images/2025/02/05/49041-eln-600_384.webp)
Por Edelmiro Franco V. |
BOGOTA -- El movimiento guerrillero colombiano Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha consolidado su presencia como organización criminal binacional que opera tanto en Colombia como en Venezuela, como lo demuestra la reciente crisis humanitaria desencadenada por sus acciones en la región del Catatumbo.
Tras el Acuerdo Final de Paz de 2016 entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el ELN se convirtió en el grupo guerrillero activo más antiguo de América Latina.
En noviembre de 2020, investigadores de la Universidad del Norte (Barranquilla) publicaron un estudio titulado "ELN en Venezuela: aproximación descriptiva a la binacionalidad de la guerrilla".
"Una de las principales preocupaciones sobre el ELN es su expansión y consolidación en municipios fronterizos, y, consecuentemente, su presencia en diferentes estados de Venezuela", advertía el estudio.
![Gladis Angarita, desplazada por los recientes enfrentamientos entre grupos armados, utiliza su teléfono mientras se refugia en Tibú, Norte de Santander, Colombia. [Schneyder Mendoza/AFP]](/gc4/images/2025/02/05/49042-eln2-600_384.webp)
![Soldados colombianos se preparan para operaciones contra rebeldes del ELN en el Catatumbo, en el Cantón Militar de San Jorge en Cúcuta, Colombia. [Schneyder Mendoza/AFP]](/gc4/images/2025/02/05/49043-eln3-600_384.webp)
Negociar la paz con un grupo guerrillero binacional es especialmente difícil, puesto que el ELN ya no opera únicamente en Colombia, afirman los autores.
Cualquier acuerdo que involucre al grupo requeriría la participación de Venezuela.
En el momento del acuerdo de paz con las FARC, el ELN tenía menos de 3000 combatientes armados. Sin embargo, el número de miembros del grupo se había duplicado en 2023, informó La Silla Vacía el pasado mes de marzo, citando fuentes del Ministerio de Defensa de Colombia.
Esta cifra siguió aumentando en 2024, según sugiere la inteligencia militar, aunque el número exacto de combatientes del ELN sigue siendo incierto.
En defensa del régimen de Maduro
La naturaleza binacional del ELN tiene dos aspectos clave: su presencia territorial en Venezuela y un cambio en su composición, ya que ha pasado de ser exclusivamente colombiano a reclutar venezolanos de forma activa, dijo a Entorno Jorge Mantilla, candidato a doctor en Criminología de la Universidad de Illinois y experto en delincuencia, seguridad y conflicto colombiano.
Los frentes oriental y nororiental del ELN, que operan a lo largo de los 2219 km de la frontera entre Colombia y Venezuela, están llevando a cabo cada vez más "ejercicios de reclutamiento del lado venezolano de la frontera", explicó Mantilla.
El enfoque ideológico del grupo también ha evolucionado, añadió.
"El ELN ha pasado de defender una revolución socialista en Colombia una defensa de la revolución Bolivariana [un eufemismo para el régimen de Nicolás Maduro en Caracas], que es hoy la prioridad más importante para el ELN. Justamente a partir de ese proceso y de esa defensa es que el ELN ha podido fortalecerse en la última década".
La presencia binacional del ELN se basa en su profunda integración en las estructuras locales a ambos lados de la frontera, especialmente en Venezuela, donde ejerce influencia sobre el poder comunal, incluidas las autoridades parroquiales y administrativas, dijo Mantilla.
El grupo también se ha involucrado en actividades ilícitas, tales como "la ganadería, la extorsión, asociado también en los pasos fronterizos y a través de los cuales tiene influencia en el paso de migrantes. La migración regular o la migración pendular, incluso la trata de personas, el contrabando de gasolina y el contrabando de carne, entre otros", afirmó.
Vinculación con el régimen de Caracas
Ningún documento oficial muestra explícitamente órdenes de Maduro donde dirige el apoyo al ELN, dijo Mantilla.
Sin embargo, "lo que uno puede indicar tanto por observación directa como por testimonios es que hay patrullajes conjuntos en la frontera, control de pasos fronterizos, coordinados por ambas fuerzas", dijo.
Entre 2019 y 2022, el ELN y militares venezolanos realizaron operaciones conjuntas en zonas rurales de Cúcuta y Puerto Santander en Colombia, así como en La Fría, Boca de Brisa y Urueña en Venezuela.
Estas operaciones casi acabaron con el grupo narcoparamilitar Los Rastrojos, que, según InSight Crime, se originó en el poderoso cartel del Norte del Valle antes de su caída.
Mantilla describió la relación del ELN con el régimen de Caracas como de coordinación, cooperación y delegación. Está marcada "por un interés mutuo, por una interdependencia hasta cierto punto de la que ambos se benefician", dijo.
Sin embargo, el alcance de esta relación sigue sin estar claro.
"Y está por establecerse a qué nivel están estas relaciones, si es al más alto nivel del gobierno venezolano, si es a un nivel más intermedio de los estamentos militares en las zonas de defensa integral o son más localizados", señaló.
Destacó a Fredy Bernal, gobernador del estado de Táchira (Venezuela), como un facilitador clave de la coordinación del ELN que refuerza la presencia del grupo en el Táchira y mantiene una estrecha relación con la guerrilla, especialmente en Norte de Santander.
El Catatumbo: una lucha por el control territorial
El ELN, junto con dos facciones disidentes de las FARC, opera en la frontera colombo-venezolana, especialmente en la estratégica región del Catatumbo.
Esta zona ha presenciado violentos enfrentamientos por el control territorial, con el resultado de al menos 80 muertos y casi 50 000 desplazados en 2025, según un informe de las Naciones Unidas.
Además, grupos como el autoproclamado Ejército Gaitanista Colombiano (EGC), el Tren de Aragua, La Línea, AK 47 y otras organizaciones criminales transnacionales mantienen una presencia militar.
Estos grupos insurgentes tienen los siguientes tamaños: el ELN (6000 miembros), el Estado Mayor Central (EMC) (4000), la Segunda Marquetalia (1750) y el EGC (5000), informó la inteligencia militar colombiana en 2023.
Entretanto, los carteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación participan en operaciones de narcotráfico, supervisan la producción de cocaína y lavan dinero en la región.
"El Cartel de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación están presentes en Colombia para verificar la calidad de clorhidrato de cocaína, verificar las cantidades, negociar los cargamentos, los precios. Han comprado varias tierras del lado de Santander y ahí tienen diferentes esquemas de lavado de activos", explicó Mantilla.
Este persistente conflicto por el control territorial ha intensificado la crisis humanitaria en la región del Catatumbo, lo cual provocó un aumento de la violencia, desplazamiento forzado y graves consecuencias para la población civil.