Economía
Una remota carretera sin asfaltar de Guyana considerada como futuro sustento económico
Guyana está mejorando su carretera selvática hacia Brasil, impulsando el comercio y el acceso al Esequibo, una región rica en petróleo que sigue ensombrecida por las reclamaciones territoriales infundadas de Venezuela.
![Un hombre conduce su motocicleta entre el ganado en la carretera Linden-Lethem, cerca de Kurupukari, en la región del Esequibo, Guyana. [JoaquÍn Sarmiento/AFP]](/gc4/images/2025/09/03/51798-guyana-600_384.webp)
Por AFP |
A través del vasto territorio interior de Guyana, una histórica carretera de tierra roja conocida como "The Trail" serpentea por la selva tropical, las llanuras y las colinas, uniendo la capital, Georgetown, con Lethem, en el sur, en la frontera con Brasil.
Ahora que se está mejorando un tramo de casi 500 km (310 millas) para convertirlo en una importante autopista, las autoridades de este país sudamericano, que cuenta con las mayores reservas de petróleo per cápita del mundo, esperan que el proyecto contribuya a transformar su economía.
También esperan que pueda ayudar a abrir el Esequibo, la disputada región rica en petróleo administrada por Guyana durante décadas, pero reclamada por la vecina Venezuela.
La renovación no es una tarea fácil para Guyana, que celebró elecciones el pasado primero de septiembre para elegir nuevos líderes. La construcción de los cuatro tramos de autopista y unos 50 puentes costará casi 1000 millones de dólares. La fecha de finalización más optimista es 2030.
Así que, por el momento, los camioneros y otros usuarios se las tienen que ver con The Trail, también conocida como la carretera Linden-Lethem, tal y como está.
Se necesitan 15 horas para completar el trayecto de principio a fin, y algunos no lo logran. Una camioneta oxidada parece haber estado abandonada al costado de la carretera durante algún tiempo.
"Es un trabajo muy duro", dijo Ramdial Metleash, de 27 años, quien conducía su camión maderero sin camisa y empapado en sudor.
Metleash dijo que la vida en The Trail puede ser dura: en la temporada de lluvias, los vehículos se atascan en el barro. Cuando está seco, hay desagradables nubes de polvo.
Trabaja en esta ruta desde los 15 años y gana unos 60.000 dólares guyaneses (290 dólares estadounidenses) por viaje, lo suficiente para mantener a su hermana y su sobrino.
Y aunque la industria petrolera no ha cambiado sus resultados económicos, Metleash admite que la finalización de la carretera sería de gran ayuda, especialmente en lugares como Kurupukari, donde se construirá un puente. Por ahora, los camiones cruzan el río en una barcaza.
"Un cambio radical"
Juan Edghill, ministro guyanés de Obras Públicas, declaró a la AFP que la autopista terminada supondrá "un cambio radical en cuanto al rumbo que tomará Guyana".
"Esta carretera nos conectará con el puente Takutu, que lleva al norte de Brasil. Se trata de un mercado de 20 millones de personas", afirmó Edghill.
Eso es más de 20 veces la población de la Guyana angloparlante, que supera los 800.000 habitantes.
El ministro dijo que la vía también conectaría con el puerto de aguas profundas de Palmyra, actualmente en construcción y situado no muy lejos de la frontera con Surinam.
Por ahora, los brasileños tienen que viajar "21 días por el Amazonas para llevar las mercancías al agua y poder transportarlas", explicó.
Con la nueva carretera, ese tiempo podría reducirse a 48 horas.
La carretera también podría utilizarse fácilmente para trasladar tropas y equipo militar a través del país y hacia el Esequibo, región que también cuenta con valiosos yacimientos minerales.
Caracas insiste en sus reivindicaciones sobre el territorio.
"El Esequibo forma parte de Guyana", afirmó Edghill. "Es el hogar de nuestros hermanos y hermanas indígenas. El Esequibo es también el lugar donde se encuentran todas las minas a gran escala, el centro de nuestra principal actividad forestal".
La nueva autopista permitiría que más personas pudieran viajar por trabajo sin tener que separarse de su familia durante meses, afirmó, y añadió: "Es una gran oportunidad".
"No se puede luchar contra el progreso"
Michelle Fredericks, de 53 años, es dueña de un popular puesto de comida cerca del muelle de barcazas en Kurupukari.
El puente pasará directamente por encima del lugar donde se encuentra actualmente su negocio. Será reubicado, pero no recibirá tanto tráfico peatonal como ahora.
No obstante, Fredericks se muestra optimista sobre el futuro.
"No puedo pensar solo en este negocio", declaró a la AFP.
"Va a haber muchos cambios", declaró. Tiene pensado centrarse en los turistas.
Fredericks ya atiende turistas locales y extranjeros que quieren pescar o hacer senderismo en la selva tropical.
Espera que el número de visitantes durante los fines de semana aumente una vez que la nueva carretera reduzca a la mitad el tiempo de viaje desde Georgetown, que pasará a ser de unas cuatro horas.
"No se puede luchar contra el progreso. Así es la vida", afirmó Fredericks.