Economía

Las plataformas chinas de comercio electrónico presionan a la industria textil de Latinoamérica

Shein y Temu conquistan a los consumidores con precios bajos pero causan estragos en las economías locales.

Trabajadores de una fábrica textil en Guangzhou, provincia de Guangdong, China, producen prendas para Shein, el gigante del comercio electrónico de moda rápida. [Jade Gao/AFP]
Trabajadores de una fábrica textil en Guangzhou, provincia de Guangdong, China, producen prendas para Shein, el gigante del comercio electrónico de moda rápida. [Jade Gao/AFP]

Por Giselle Alzate  |

BOGOTÁ -- El ascenso de los gigantes chinos del comercio electrónico Shein y Temu ha sumido en una crisis a la industria textil de Latinoamérica.

Su modelo de negocio, basado en precios bajísimos, producción bajo demanda y envío directo al consumidor, está llevando a la quiebra a fabricantes y marcas tradicionales en países como Brasil, Colombia y Argentina. Los gobiernos y los grupos industriales están empezando a responder con aranceles y acusaciones de competencia desleal.

Estas plataformas aprovechan las lagunas legales de la región para inundar los mercados con ropa ultrabarata. Al eliminar intermediarios, predecir tendencias mediante análisis de datos y producir en lotes pequeños, se adaptan rápidamente a la demanda local.

Latinoamérica se ha convertido en uno de los objetivos clave de su expansión mundial.

La bandera china en una pantalla y el logotipo de Shein en la pantalla de un teléfono se ven en esta ilustración fotográfica tomada en Cracovia, Polonia. [Jakub Porzycki/NurPhoto vía AFP]
La bandera china en una pantalla y el logotipo de Shein en la pantalla de un teléfono se ven en esta ilustración fotográfica tomada en Cracovia, Polonia. [Jakub Porzycki/NurPhoto vía AFP]

"Debe existir una adaptabilidad a la demanda local mediante la producción en pequeños lotes", reconoció Patrick Lassauze, vocero de Shein, en declaraciones a Bloomberg Línea, publicadas a principios de mayo.

Admitió que Shein aún enfrenta obstáculos en la región, como infraestructura logística limitada, regulaciones comerciales y restricciones de suministro. Pero la tendencia es innegable.

Brasil hace sonar la alarma

En Brasil, el mayor mercado de la región, la industria textil reclama que Shein y Temu se benefician de un sistema fiscal desequilibrado.

Mientras que las empresas nacionales enfrentan tasas impositivas de hasta el 90%, las plataformas extranjeras pagan tan solo el 20% sobre las importaciones y el 17% de ICMS (un impuesto al valor agregado sobre ventas y servicios), que aumentará al 20% en algunos estados, comentó a Bloomberg Línea el director de la Asociación de la Industria Textil y de Confección de Brasil (Abit), Fernando Valente.

"Países con un gran mercado interno, como Brasil, tienden a verse más afectados. El sector textil es uno de los más vulnerables a las prácticas desleales de competencia", declaró Valente.

Las importaciones textiles aumentaron un 20% en 2023, y el 60% provino de Asia. En cambio, el crecimiento de la industria local se estancó en tan solo un 4% ese año, señaló Valente.

Colombia insta a combatir el contrabando

Colombia ha adoptado una postura más firme. Desde 2022, el país ha impuesto aranceles de hasta el 40 % a las prendas importadas, una medida que ha impulsado la producción local.

Pero las plataformas chinas siguen operando a través del “contrabando hormiga”: se estima que 400 000 kilos de mercancías ingresan diariamente a Colombia sin pagar impuestos ni generar empleo local, advirtió Guillermo Criado, presidente de la Cámara Nacional de Confecciones.

El "contrabando hormiga" se refiere a pequeñas compras en línea, generalmente de menos de 100 dólares, de plataformas chinas que ingresan a los países libres de aranceles bajo exenciones de uso personal.

Criado instó al gobierno colombiano a actuar con rapidez contra las importaciones digitales sin control. "No podemos regalarles el mercado a productores asiáticos que no pagan impuestos", señaló a Bloomberg Línea.

Argentina abre la puerta

En Argentina, el gobierno ha desmantelado muchas políticas proteccionistas, permitiendo a Shein y Temu explotar exenciones para envíos de bajo costo.

"Las medidas actuales son un exterminio industrial", denunció Marco Meloni, vicepresidente de Industriales Pymes Argentinas

Si bien Shein causó sensación en México, donde miles de personas acudieron a sus tiendas temporales en Guadalajara y Monterrey, también generó controversia. La Secretaría de Cultura del país acusó a la marca de apropiarse de diseños textiles mayas.

Preocupaciones laborales y éticas

Greenpeace ha criticado el impacto medioambiental de la empresa, revelando que el 15% de los productos Shein muestreados contenían sustancias químicas peligrosas.

Los trabajadores de la confección "con frecuencia trabajan de 10 a 16 horas al día, seis días a la semana, por casi tres veces menos que el salario mínimo de su país", mientras que "el 80% de la ropa es confeccionada por mujeres jóvenes de entre 18 y 24 años", afirmó Greenpeace en 2024.

Estas condiciones contrastan marcadamente con el código de conducta público de Shein, que promete un entorno de trabajo seguro y justo.

Sin embargo, la popularidad de las plataformas no muestra signos de decaimiento. Entre los jóvenes latinoamericanos, Shein se ha convertido en una opción predilecta.

La situación plantea interrogantes urgentes sobre el futuro de la industria textil regional. ¿Pueden las empresas latinoamericanas competir con este modelo ultrarrápido? ¿Qué papel deberían desempeñar los gobiernos para equilibrar el comercio sin sacrificar la sostenibilidad ni los derechos laborales?

Hasta ahora, las respuestas siguen siendo esquivas. Las plataformas chinas siguen ganando terreno, mientras que los talleres locales en toda Latinoamérica cierran sus puertas en silencio, uno tras otro.

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