Economía
Un polémico fallo comercial beneficia al acero chino y perjudica a la industria chilena
El acero chino, subsidiado por el gobierno, se vende por lo general a precios más bajos que el acero local. Sin una acción decisiva de los gobiernos latinoamericanos, esta tendencia continuará golpeando a los mercados locales y las siderúrgicas, como ya ha ocurrido en Chile.
Por Alicia Gutiérrez |
SANTIAGO -- La industria siderúrgica chilena sufrió un inesperado revés el 9 de septiembre, cuando la Comisión Antidistorsiones desestimó las acusaciones de "dumping" por la importación de acero barato desde China.
El fallo pone fin a la investigación, iniciada en noviembre, sobre el presunto dumping de bolas de acero importadas desde China. Con ello, uno de los sectores industriales clave de Chile queda vulnerable a la competencia desleal.
El Diario Oficial de la República de Chile confirmó, el 9 de septiembre, que los miembros de la comisión acordaron por unanimidad que no había pruebas suficientes para demostrar "daño o amenaza de daño a la rama de producción nacional" causado por las importaciones de acero.
La investigación se inició tras numerosas quejas y protestas de trabajadores del sector, especialmente en la emblemática planta siderúrgica de Huachipato, que anunció el cese de sus operaciones en marzo y confirmó su cierre definitivo hace pocas semanas, atribuyéndolo a la competencia desleal de las importaciones chinas.
A pesar de las pruebas presentadas por una siderúrgica líder de Chile, la Comisión decidió levantar los aranceles temporales a las importaciones de acero desde China.
En marzo, la Comisión Antidistorsiones había impuesto aranceles de 15,3% a las bolas de acero y de 15,1% a las barras de acero.
Tras una ola de protestas y huelgas por la competencia desleal de China, los aranceles se incrementaron en abril a 24,9% para las barras y 33,5% para las bolas.
"Es un resultado muy desalentador, nunca esperamos algo así. No tenemos palabras para describir lo que estamos viviendo", dijo Héctor Medina, presidente del sindicato de trabajadores de Huachipato, en una entrevista con Radio Universidad de Concepción el 10 de septiembre.
En los últimos 15 años, el complejo siderúrgico ha perdido más de 1.200 millones de dólares, según Medina.
Competencia desleal
El 20 de noviembre, la Compañía de Aceros del Pacífico (CAP), uno de los principales productores de acero de Chile, presentó una queja formal ante la Comisión Antidistorsiones.
En su presentación, CAP acusó a las empresas chinas de vender acero a precios hasta un 40% por debajo del valor de mercado, lo que le generaba pérdidas diarias de alrededor de un millón de dólares.
CAP apuntó específicamente a la importación de barras de acero que se utilizan en la producción de bolas de molienda para la minería, así como en la importación de bolas de acero terminadas.
El anuncio del 9 de septiembre se produce tras advertencias recientes de legisladores chilenos, quienes aseguran que su país ha sido objeto de presiones políticas y económicas por parte de China.
La decisión, favorable a los intereses chinos, asesta un golpe devastador a la planta de Huachipato, que iniciará su cierre el 23 de septiembre, poniendo fin a más de 70 años de operación.
Aproximadamente 22.000 empleos están en riesgo en la región del Bío Bío. El cierre será paulatino y se concluirá a mediados de octubre, impactando significativamente la economía local.
Incertidumbre en América Latina
En las últimas dos décadas, China dejó de ser solo un gran importador de acero y pasó a ser el principal productor mundial, aumentando su participación global del 15% en el año 2000 al 54% en 2023.
La industria siderúrgica de América Latina enfrenta grandes desafíos debido a la entrada masiva de acero chino y a las distorsiones de precios.
Al igual que Chile, Colombia ha vivido semanas críticas que podrían determinar la estabilidad futura de su sector siderúrgico.
Empresas colombianas como Siderúrgica Paz del Río y Alumina, una multinacional extrusora de aluminio, han instado al Ministerio de Comercio de Colombia a implementar medidas antidumping.
En Brasil, el productor local de acero Gerdau inició 2024 con el despido de trabajadores de su planta de Pindamonhangaba, en São Paulo. La empresa atribuyó los despidos a las "condiciones desafiantes del mercado brasileño, causadas por el impacto depredador de las importaciones de acero chino", según un comunicado emitido a finales de febrero.
En Perú, la industria metalúrgica enfrentó una recesión a principios de 2024, atribuida en gran medida a los "precios depredadores" derivados de un tratado de libre comercio con China, según Antonio Castillo, gerente general de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) de Perú.
De las críticas y protestas surge un tema clave: el acero chino, fuertemente subsidiado, es más barato que el producido localmente.
Si los gobiernos latinoamericanos no toman medidas contundentes, la afluencia de acero chino seguirá socavando los mercados locales y afectando gravemente a las empresas siderúrgicas, como demuestra el colapso de Huachipato.