Economía
Acuerdo de libre comercio con China deja a Chile vulnerable
Las prácticas comerciales de China han aumentado las tensiones y la preocupación sobre su capacidad para influir en el gobierno chileno.
Por Alicia Gutiérrez |
SANTIAGO – El peligro de tener vínculos demasiado estrechos con China se está volviendo evidente en Chile.
En 2005, Chile se convirtió en el primer país en firmar un acuerdo de libre comercio (TLC) con China, una medida que profundizó la dependencia económica y política de la nación sudamericana con Pekín.
Un informe del analista internacional Sascha Hannig, publicado el 5 de agosto, destaca las desigualdades en desarrollo en la relación comercial entre Santiago y Pekín que dejan a Chile económica y políticamente vulnerable a China.
En su estudio "El TLC de Chile con China: Monocultivo del cobre, diversificación limitada y dependencia oculta", Hannig subraya que, mientras China ha diversificado su economía y se ha convertido en una potencia tecnológica, Chile sigue dependiendo de las exportaciones de cobre, lo que obstaculiza su desarrollo económico en general.
"Con los datos en la mano, está claro que este tratado ha beneficiado enormemente a China al permitirle diversificar y expandir sus exportaciones a Chile, solidificando aún más su papel como potencia tecnológica. Pero, ¿el TLC con China realmente le ha traído algún benedicio a Chile?" preguntó Hannig, afiliado del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).
Esta dependencia ha debilitado la economía chilena y expone a Santiago a la presión política de Pekín, añadió.
El informe subraya una tendencia preocupante en el comercio exterior chileno entre 2000 y 2022, con el 41,6% de las exportaciones del país ahora dirigidas a China.
Las exportaciones a China representan el 35% del PIB de Chile, según el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Un cliente tan grande, incluso uno benevolente, tiene inevitablemente un impacto enorme en un país de 20 millones de habitantes.
Sin embargo, China no siempre es benevolente.
A merced de China
Tiene un historial de represalias contra otros países y ha emitido amenazas encubiertas a Chile cuando este país sudamericano no sirve a los intereses de Pekín, afirmó Hannig.
Citó un ejemplo de 2018, cuando el entonces embajador de China en Chile, Xu Bu, advirtió sobre posibles repercusiones comerciales tras el intento de Chile de bloquear la compra de acciones de la empresa nacional SQM por parte de la firma china Tianqi.
La presión funcionó y llevó a que Tianqi adquiriera una participación del 24% en SQM en diciembre.
Hoy en día, la industria siderúrgica chilena es una clara víctima de la habilidad de Pekín para acabar con sectores clave de la economía chilena.
El dumping de acero chino a un precio inferior al coste precipitó la quiebra de la emblemática empresa siderúrgica de Huachipato.
Después de 70 años de operación en la región del Biobío, Huachipato ya no podía competir.
En agosto anunció su cierre permanente, que tardará aproximadamente un mes en completarse.
En marzo, los sindicatos expresaron su preocupación por las posibles presiones de Pekín sobre la Comisión Antidistorsión, organismo chileno de supervisión del comercio.
Citaron la "demora excesiva" de la comisión para abordar la "competencia desleal".
"Sospechamos que el gobierno chino está ejerciendo una presión indebida sobre las autoridades chilenas", declararon los sindicatos, acusando a China de intentar "proteger sus intereses en el acero fuertemente subvencionado que exporta a Chile".
Apostando por el cobre y nada más
El informe de Hannig también analiza el papel chino en la industrialización de Chile, particularmente en el sector minero, generando preocupaciones sobre el daño potencial para Chile de los recientes contratos de litio.
Esos acuerdos significan más daño al desierto de Atacama y otra apuesta chilena por exportar materias primas.
La inclinación de China por importar mineral de cobre en lugar de productos de valor agregado plantea dudas sobre si esa estrategia comercial promueve el desarrollo de Chile.
No obstante, el debate en Chile sobre los riesgos de la dependencia de China sigue en silencio.
Los partidarios de mantener estrechos lazos con Pekín, entre ellos Jorge Heine, ex embajador de Chile en China, tachan de "fantasías" a tales preocupaciones.
Sin embargo, esta perspectiva no reconoce que China está expandiendo significativamente su capacidad minera y de refinación, lo que potencialmente podría reducir su demanda de cobre chileno.
La situación está empeorando porque Chile no tiene una estrategia si China decide algún día priorizar la minería local del cobre, explicó Hannig.
El fracaso de Chile a la hora de atraer a más compradores de cobre podría tener graves repercusiones, según Hannig.
Se ha dejado expuesto a la coerción política y a caídas en el comercio con China, sea cual sea la causa.
Esa debilidad no abordada es evidente en varios sectores, como el acero y la minería, donde las prácticas comerciales de China han intensificado las tensiones y generado preocupaciones sobre su capacidad para influir en el gobierno chileno, según la investigación.