Economía

El acero chino barato amenaza con desempleo en Latinoamérica

La importación de acero chino de baja calidad a Latinoamérica pone en peligro la industria regional, y se prevé que el año 2024 traerá incertidumbres y desaceleraciones debido a la competencia desleal de China.

Un cartel que dice "No más acero chino" se exhibe en una valla durante una protesta de trabajadores siderúrgicos contra el eventual cierre de la planta siderúrgica de Huachipato en Talcahuano, Chile. [Guillermo Salgado/AFP]
Un cartel que dice "No más acero chino" se exhibe en una valla durante una protesta de trabajadores siderúrgicos contra el eventual cierre de la planta siderúrgica de Huachipato en Talcahuano, Chile. [Guillermo Salgado/AFP]

Por AFP y Alicia Gutiérrez |

SANTIAGO – Los trabajadores metalúrgicos latinoamericanos están reclamando tarifas más altas a la vez que el acero chino barato se apodera de la región, amenazando cientos de miles de empleos vinculados a la industria.

El año pasado, la región importó un récord de 10 millones de toneladas de acero chino, un aumento del 44% respecto al año anterior, según datos de la Asociación latinoamericana del acero (Alacero).

Hace dos décadas, la cifra era de sólo 85.000 toneladas.

"China está demasiado presente en Latinoamérica", declaró a AFP el ejecutivo de Alacero, Alejandro Wagner.

Trabajadores siderúrgicos chocan con policías antidisturbios durante una protesta contra el eventual cierre de la planta siderúrgica de Huachipato en Talcahuano, Chile. [Guillermo Salgado/AFP]
Trabajadores siderúrgicos chocan con policías antidisturbios durante una protesta contra el eventual cierre de la planta siderúrgica de Huachipato en Talcahuano, Chile. [Guillermo Salgado/AFP]
Un cartel afuera de la acería de Huachipato en Chile muestra el lema "Defendamos el acero chileno". [Sindicato de Trabajadores de Huachipato]
Un cartel afuera de la acería de Huachipato en Chile muestra el lema "Defendamos el acero chileno". [Sindicato de Trabajadores de Huachipato]

"Nadie está en contra del comercio entre países, pero debe ser un comercio justo", añadió.

A medida que aumenta la presión, los jefes y trabajadores de las plantas siderúrgicas en países como Chile y Brasil (el principal productor de la región y el número nueve del mundo) están presionando a los gobiernos para que aumenten las tarifas.

Si lo hicieran, seguirían a México y Estados Unidos, que impusieron tarifas adicionales del 25% a las importaciones chinas en medio de un aumento de las exportaciones baratas como resultado de los subsidios de Pekín y el exceso de producción.

A principios de este mes, la Secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, expresó su preocupación por "una sobreinversión sustancial y un exceso de capacidad" en sectores como el acero y el aluminio en China, que según ella habían "diezmado industrias en todo el mundo y en Estados Unidos".

Una caída en el sector de la construcción de China se ha sumado aún más al exceso de oferta de acero para la exportación.

Los datos de la Comisión económica para latinoamérica y el caribe en 2022 mostraron que China lidera la producción mundial de acero con un 54%, seguida de India con un 6,6%.

Los principales productores de Latinoamérica (Brasil, México, Argentina y Colombia) obtuvieron un 3,1% combinado.

"Existencia de dumping"

Unos 1,4 millones de latinoamericanos trabajan en la industria del acero.

Pero sus medios de vida se han visto cada vez más criticados, ya que el acero chino se vende ahora hasta un 40% más barato que el acero nacional.

Una de las víctimas es la planta siderúrgica de Huachipato, la más grande de Chile, a unos 500 kilómetros al sur de Santiago.

Ha anunciado que está cerrando sus operaciones, amenazando alrededor de 2.700 empleos directos y 20.000 indirectos.

"Cerrar Huachipato sería como una bomba atómica" golpeando la región, comentó a AFP el trabajador Carlos Ramírez.

"Lo que estamos viviendo es muy doloroso", afirmó este hombre de 56 años, advirtiendo de un inminente "terremoto social" para la ciudad portuaria de Talcahuano, que vive principalmente del acero desde hace 70 años.

Desde 2009, Huachipato ha incurrido en pérdidas por más de mil millones de dólares.

En un último esfuerzo por mantenerse a flote, la compañía solicitó a la comisión de distorsión de precios CNDP de Chile que recomiende al gobierno imponer una tarifa del 25% al ​​acero importado.

En una resolución reciente, la Comisión encontró "pruebas suficientes de la existencia de dumping", es decir, de la venta de acero chino por debajo del coste, y recomendó imponer un impuesto del 15%.

"No pedimos subsidios ni rescates. Huachipato puede ser rentable en un entorno competitivo", afirmó en un comunicado de prensa su director, Jean-Paul Saure.

Huachipato se especializa en insumos clave para la industria minera, incluidas barras y bolas de acero utilizadas en la molienda de cobre, del cual Chile es el mayor productor del mundo.

Durante la pandemia de COVID-19, cuando el comercio mundial se vio interrumpido, "fue Huachipato el que mantuvo a flote el suministro de acero del país", indicó a AFP el ministro de Economía, Nicolás Grau.

El gobierno, sin embargo, tiene las manos atadas: Chile firmó un acuerdo de libre comercio con China en 2006 y corre el riesgo de medidas punitivas si opta por una tarifa para proteger su industria siderúrgica contra el dumping.

En Brasil, las importaciones del acero chino aumentaron un 50% el año pasado mientras la producción cayó un 6,5%, según el Instituto brasileño del acero.

Gerdau, uno de los mayores productores de acero del país, despidió a 700 trabajadores debido al "escenario desafiante que enfrenta el mercado brasileño ante las condiciones predatorias de importación de acero chino", señaló la compañía.

Al igual que en Chile, la industria siderúrgica brasileña exige al gobierno que aumente las tarifas al 25% sobre una base que varía de producto a producto.

Preocupaciones de seguridad

En medio de la crisis del acero, han surgido renovadas preocupaciones sobre irregularidades en el acero chino, que podrían afectar a la industria de la construcción de Chile.

Manuel Lemungher, ingeniero chileno y especialista en calidad y seguridad de la construcción, compartió sus preocupaciones con Entorno sobre la entrada de acero chino de baja calidad y no certificado a Chile.

"Esta situación es profundamente preocupante, sobre todo en un país sísmico como Chile, donde la calidad y la certificación del acero son primordiales para garantizar la seguridad de los edificios", declaró.

Chile podría potencialmente servir como epicentro de esta crisis en la región, advirtió.

"La invasión del mercado latinoamericano con acero chino representa una amenaza significativa e inmediata para la industria siderúrgica regional. Es imperativo enfrentar este desafío de manera colectiva, buscando soluciones que salvaguarden los intereses y la seguridad de nuestros ciudadanos y de las industrias locales", enfatizó.

Rodrigo Silva, profesor de metalurgia de la Universidad de Concepción, destacó al diario local La Estrella la necesidad crítica de exigir certificación para el acero que ingresa a Chile. Dada la actividad sísmica del país, las normas de construcción especializadas son imperativas para garantizar la seguridad.

"La norma chilena define los requisitos que deben cumplir los aceros destinados a estructuras de uso general y para [estructuras] sometidas a cargas sísmicas", aclaró.

"Los ingenieros y fabricantes chinos pueden no estar familiarizados con nuestras regulaciones y prácticas, que han demostrado ser efectivas para resistir terremotos severos. Además, validar remotamente todo el proceso de diseño y fabricación de acuerdo con las normas nacionales plantea desafíos importantes", afirmó Silva.

Alacero advierte de un "riesgo inminente" para la industria siderúrgica de la región, proyectando un 2024 plagado de incertidumbres y tendencias a la baja por la competencia desleal de China.

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