Sociedad
Empoderadas por la costura: guatemaltecas encuentran alternativas a la migración
En lugar de un peligroso viaje a Estados Unidos y de endeudarse con traficantes, las guatemaltecas encontraron una vida mejor en su país aprendiendo a coser, evitando así una posible deportación.
![Marleny Tino, de 27 años, confecciona una blusa en el Centro de Capacitación Quédate en Joyabaj, Guatemala. El programa busca prevenir la migración irregular de jóvenes guatemaltecos a Estados Unidos y apoyar a quienes han sido deportados. [Johan Ordóñez/AFP]](/gc4/images/2025/04/21/50101-guatemala-600_384.webp)
Por AFP |
JOYABAJ, Guatemala -- Aprender a coser es lo que le evitó a la guatemalteca Francisca Lares el peligroso viaje migratorio a Estados Unidos, las agobiantes deudas con los traficantes y la probable deportación. En cambio, encontró la vida mejor que buscaba justo a la vuelta de la esquina.
Esta madre soltera de 30 años es beneficiaria de un programa de becas del gobierno y de la Organización Internacional para las Migraciones de las Naciones Unidas. Este programa enseña a jóvenes guatemaltecos a aprender un oficio y ganarse la vida en su propio país.
Más de la mitad de los 18 millones de habitantes del país centroamericano viven en la pobreza, según cifras oficiales. La proporción es aún mayor en pueblos indígenas como Estanzuela, en el municipio de Joyabaj, donde reside Lares.
La propia Lares había considerado perseguir el "sueño americano" en un momento en que ganaba 75 dólares al mes produciendo tejidos a mano y apenas lograba sobrevivir.
![Francisca Lares, 30 (izq.), y Marleny Tino, 27, en el Centro de Capacitación Quédate en Joyabaj, Guatemala. [Johan Ordóñez/AFP]](/gc4/images/2025/04/21/50102-guatemala2-600_384.webp)
Luego se enteró de un curso de costura que se ofrecía en el Centro de Capacitación “Quédate”.
Después de completar el curso, compró una máquina de coser y ahora confecciona túnicas tradicionales mayas conocidas como huipiles que vende en una pequeña tienda en su casa.
Lares también comercializa sus productos en las redes sociales y ya ha enviado algunas blusas a Estados Unidos.
No quiere hablar de cuánto gana, pero explicó a AFP que ahora puede cubrir fácilmente sus necesidades y las de sus hijas, de cinco y nueve años.
Fue la formación, dijo, "lo que me hizo quedarme acá y decir: yo puedo salir adelante".
El proyecto, que se lanzó en 2021 en un centro municipal de Joyabaj y ha recibido donaciones de Japón, capacita a jóvenes guatemaltecos en peluquería, repostería, reparación de computadoras y otras habilidades también para ayudarlos a encontrar trabajo o abrir sus negocios.
Los cursos duran desde dos semanas, como el que tomó Lares, hasta nueve meses.
"Mejor quedarse"
Su compañera de estudios, Marleny Tino, de 25 años, consideró emigrar. Al final, solo se fue su esposo.
Ahora vive en Florida, "con miedo" de ser deportado, comentó a AFP.
"Es mejor quedarse acá que arriesgar tu vida de ir allá y ya solo llegando te deportan", señala esta madre de dos niños, quien también hace huipiles y dirige un pequeño emprendimiento desde su casa.
El año pasado, Estados Unidos deportó a 61.680 guatemaltecos, según el gobierno del país centroamericano.
La meta es dotar a más de 600 jóvenes guatemaltecos con nuevas habilidades en 2025, explicó Pedro Miranda, director del centro de capacitación.
Hasta el momento, 814 jóvenes han aprendido un oficio en este centro y dos similares en Huehuetenango y Sololá.