Seguridad

La destrucción de los S-300 iraníes podría decepcionar a los compradores de armas de Rusia

Los aliados de Moscú confían en los sistemas S-300, aunque sus vulnerabilidades son ahora evidentes. En Venezuela, mientras tanto, la negligencia, la mala planificación y la escasez de recursos han hecho que estos sistemas funcionen por debajo de los niveles óptimos.

Un S-300 durante un desfile en Moscú en 2009. [Vitaly Kuzmin]
Un S-300 durante un desfile en Moscú en 2009. [Vitaly Kuzmin]

Por Entorno y AFP |

La destrucción de los sistemas rusos de defensa antiaérea S-300 de Irán causada por los ataques aéreos israelíes es la muestra más reciente de que los equipos militares de fabricación rusa tienen un rendimiento deficiente sobre el terreno, fuera de las exposiciones de armas.

Israel atacó varias instalaciones militares en Irán el 26 de octubre, lo que constituye el último enfrentamiento en un conflicto que ha estado latente durante meses.

Los ataques "afectaron a la capacidad defensiva de Irán y a su producción de misiles", declaró posteriormente el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Los ataques de Israel se produjeron en represalia a un ataque de Irán el 1 de octubre, cuando Teherán disparó unos 200 misiles contra Israel, aunque los sistemas de defensa aérea israelíes derribaron la mayoría.

Vista general de Teherán después de que Israel destruyera varios sistemas de defensa antiaérea S-300 el 26 de octubre. [Atta Kenare/AFP]
Vista general de Teherán después de que Israel destruyera varios sistemas de defensa antiaérea S-300 el 26 de octubre. [Atta Kenare/AFP]

Israel fue mucho más eficaz que Irán.

Los equipos de defensa antiaérea de Irán, de fabricación rusa, detuvieron escasos o nulos misiles disparados por 100 cazas israelíes, según funcionarios estadounidenses e israelíes mencionados por el Wall Street Journal el 28 de octubre.

Entre los equipos iraníes destruidos figuraban sus tres sistemas rusos de defensa antiaérea S-300. El único S-300 restante de Irán fue alcanzado por Israel a principios de este año.

La demostración de fuerza israelí ha dejado a Irán más vulnerable, afirmó Joost Hiltermann, director del programa de Oriente Medio del International Crisis Group.

"La importancia de atacar las defensas aéreas de Irán es que en un próximo enfrentamiento Irán quedaría en gran medida indefenso", declaró a AFP.

El S-300

El S-300, que se ha actualizado constantemente desde su presentación a finales de la década de 1970, puede representar una amenaza considerable, especialmente si se utiliza como parte de un sistema de defensa aérea escalonado, según The War Zone.

Irán disponía de una de las versiones más modernas del S-300, el S-300PMU-2 Favorit, lanzado en 1997.

Los S-300 más modernos tienen un alcance de 350 km, según los medios de comunicación estatales rusos. El sistema puede asignar hasta 12 misiles a un máximo de seis objetivos diferentes.

Las distintas versiones del sistema pueden atacar misiles balísticos y aviones. También puede destruir objetivos terrestres.

Los ataques de Israel se producen en medio de ataques similares contra los S-300 por parte de las fuerzas ucranianas que luchan contra Rusia.

Kiev ha atacado sistemas de defensa antiaérea S-400 más avanzados, con acciones en mayo y agosto, según el Journal.

Los aliados de Moscú, como China y Bielorrusia, y sus principales clientes de armamento, como India, Vietnam y Argelia, utilizan tanto el S-300 como el S-400, según el sitio web Kontur, afiliado a Entorno.

Pérdida de fe

Desde el inicio de la masiva invasión a Ucrania en febrero de 2022, Rusia ha perdido más de 9.000 tanques, 18.000 vehículos blindados de combate, 19.900 sistemas de artillería y 369 aviones, según el Estado Mayor ucraniano.

La invasión "ha sido un fracaso para las relaciones públicas de la industria militar (rusa)", declaró al Journal Ian Storey, investigador del Instituto ISEAS-Yusof Ishak, un centro de expertos de Singapur.

"Los clientes tradicionales de Rusia "han perdido la fe en la industria militar del país y buscan nuevos proveedores", afirmó.

Las exportaciones de armas de Rusia han disminuido considerablemente desde que el país invadiera Ucrania de forma masiva en 2022, ya que Moscú utiliza todos los equipos que puede producir.

Esas exportaciones cayeron un 52% el año pasado respecto a 2022, según el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI), a partir de sus estimaciones del valor de las exportaciones.

El bajo volumen de pedidos pendientes "sugiere que es probable que las exportaciones de armas rusas se mantengan muy por debajo del nivel alcanzado en 2014-18, al menos a corto plazo", señala un informe del SIPRI publicado en marzo.

Abandono venezolano

Un informe de la BBC de febrero de 2020 afirmaba que Venezuela había recibido tres unidades S-300, tres unidades Buk M2A y 11 unidades S-125 entre 2011 y 2014, según datos de SIPRI

Estas adquisiciones y otras compras militares a Rusia reflejan la alianza establecida por el entonces presidente Hugo Chávez con Moscú tras su llegada al poder en 1999.

Desde entonces, la adquisición de armas de Venezuela ha dependido principalmente de proveedores rusos, una tendencia que se mantiene bajo su sucesor, Nicolás Maduro.

A pesar de las declaraciones oficiales y la publicidad que el propio Chávez ha hecho de estos sistemas, los analistas señalan que el armamento apenas se ha observado en Venezuela, que ha luchado contra crisis económicas y sociales impulsadas por la corrupción, el endeudamiento y el colapso de sus sectores productivos.

Analistas militares entrevistados por la BBC cuestionaron la disponibilidad operativa de estos sistemas, destacando las deserciones generalizadas en las fuerzas armadas venezolanas, que dejan pocos efectivos capaces de operar estos equipos.

"Debido al abandono y a la falta de planificación y recursos, estos sistemas distan mucho de ser óptimos", declaró a la BBC un comandante militar venezolano, quien solicitó permanecer en el anonimato.

¿Le gusta este artículo?


Captcha *