Economía

Cocinas de inducción: El millonario fraude chino que sigue cocinando pérdidas en Ecuador

Un programa de cocinas de inducción se suma a la larga lista de los acuerdos fallidos entre China y Ecuador, socavando aún más la soberanía del país sudamericano en su dependencia de Pekín.

Esta fotografía de agosto de 2015 muestra cocinas de inducción fabricadas en China que permanecieron apiladas por años en un almacén. [Coordinación del Programa de Cocción Eficiente (PCE) en Manta]
Esta fotografía de agosto de 2015 muestra cocinas de inducción fabricadas en China que permanecieron apiladas por años en un almacén. [Coordinación del Programa de Cocción Eficiente (PCE) en Manta]

Por Catalino Hoyos |

QUITO -- Una iniciativa para proporcionar dispositivos de cocina a las familias ecuatorianas se ha convertido en un nuevo escándalo en las relaciones entre Ecuador y China.

El Programa de Cocina Eficiente (PCE) nunca ha podido librarse de las multimillonarias pérdidas anuales, la falta de transparencia y las graves acusaciones de corrupción, casi una década después de su puesta en marcha por el entonces Presidente de Ecuador, Rafael Correa, en asociación con el Gobierno chino.

El proyecto social, lanzado en 2014 con la promesa de mejorar la eficiencia energética y reducir el consumo de gas, se ha convertido en otra carga costosa para Ecuador.

Este programa aumenta las preocupaciones sobre la pérdida de soberanía del país, agravada por su creciente dependencia de Pekín.

Una mujer posa al lado de una cocina de inducción adquirida a través del Programa de Cocción Eficiente (PCE) en la provincia de Manabí. [Coordinación del Programa de Cocción Eficiente en Manta]
Una mujer posa al lado de una cocina de inducción adquirida a través del Programa de Cocción Eficiente (PCE) en la provincia de Manabí. [Coordinación del Programa de Cocción Eficiente en Manta]

El gobierno ecuatoriano planeaba inicialmente importar un millón de cocinas de inducción y facilitar su adquisición a los ciudadanos mediante planes de pago en cuotas. Para financiar la iniciativa, obtuvo un préstamo de 250 millones de dólares del Banco de Exportación e Importación de China.

Del millón de cocinas que el gobierno planeaba adquirir inicialmente, Ecuador recibió solo 342.000 mediante tres contratos firmados en 2015 con las empresas chinas Haier y Midea, por un total de 55,35 millones de dólares.

De esas cocinas, algunas fueron desechadas, otras vendidas, una parte donada, y el resto sigue sin uso en almacenes, según una investigación exhaustiva realizada por el periodista ecuatoriano Christian Zurita y la Fundación Mil Hojas.

"Del total de 342.000 cocinas, se entregaron solo 62.572 a los beneficiarios desde 2015 hasta la fecha", dijo Zurita a Entorno. "Además, aproximadamente 4.428 cocinas fueron reportadas como dañadas", añadió.

Las cocinas dañadas permanecen almacenadas.

Todavía no está claro cuántas cocinas permanecen almacenadas por la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL) y nunca fueron entregadas a los beneficiarios del PCE, detalló.

Deuda para los ecuatorianos

Aunque se desconoce la ubicación exacta y el estado de decenas de miles de estufas de inducción fabricadas en China, investigaciones recientes han confirmado que algunos de estos aparatos están almacenados en depósitos que pasan factura al gobierno.

"Hay informes de que exfuncionarios de la Unidad de Eficiencia Energética del gobierno dejaron sus cargos para establecer sus propios almacenes", señaló Zurita.

El pasado diciembre, CNEL lanzó una convocatoria por el Sistema Oficial de Compras Públicas en busca de proveedores para el arrendamiento y gestión de depósitos donde guardar todas esas cocinas.

La fecha prevista para la adjudicación era el 5 de febrero y el contrato tenía un presupuesto de referencia de 839.220 dólares más impuestos.

El gobierno vendió algunas cocinas al público por unos 800 dólares cada una, añadiendo cuotas a las facturas eléctricas de los compradores, según informó el diario digital Vistazo.

Sin embargo, muchas familias no pudieron cambiar el suministro eléctrico de 110 a 220 voltios, necesario para las nuevas cocinas, por lo que no pudieron utilizarlas.

El programa pretendía recuperar su inversión en las cocinas de inducción vendidas a crédito para 2024; sin embargo, ha recuperado muy poco para cubrir las deudas pendientes.

Falta de transparencia

El rasgo más característico del PCE ha sido, sin duda, el hermetismo que ha rodeado su gestión durante la última década.

Mientras Ecuador sufría cortes de electricidad programados pero perjudiciales a lo largo de 2024, la ex ministra de Energía Andrea Arrobo se enfrentó a una reacción violenta por reconocer públicamente la existencia de cocinas de inducción que permanecían almacenadas y que deberían haber sido distribuidas.

El presidente Daniel Noboa le solicitó su renuncia tras apenas cuatro meses en el cargo, de diciembre de 2023 a abril de 2024.

En una entrevista radial en enero, Arrobo destacó que el proyecto seguía en marcha, afirmando que no podía cancelarse porque el gobierno continuaba intentando vender las cocinas para saldar su deuda con China.

"El PCE no tiene fecha de cierre; es un proyecto de inversión en curso. Todavía hay cocinas de inducción disponibles y no deberían seguir en los almacenes", declaró la funcionaria a Radio Primera Hora.

Arrobo, a quien se acusa de incumplimiento de sus obligaciones en relación con los cortes de electricidad que asolan el país, declinó la solicitud de entrevista de Entorno debido a los procedimientos judiciales en curso.

Desde el 16 de abril, la exministra ha estado bajo investigación junto a otros 20 funcionarios del sector eléctrico, acusados de provocar interrupciones en los servicios públicos tras la reciente reanudación de apagones en Ecuador.

El fallido programa de cocinas de inducción se suma a la creciente lista de acuerdos impulsados por China que buscan aumentar la dependencia económica de Ecuador y debilitar su soberanía.

La deuda contraída por Ecuador para comprar las cocinas ejemplifica el fenómeno de la "trampa de la deuda", que ha convertido a Ecuador en uno de los muchos países dependientes de Pekín.

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