Crimen y Justicia

Expertos forenses analizan hornos de azúcar en Colombia en busca de restos de víctimas de la guerra

Según la Unidad de Personas Desaparecidas de Colombia (UBPD), más de 100.000 personas, principalmente civiles, desaparecieron durante el conflicto en Colombia que duró décadas.

Familiares de las víctimas se reúnen afuera de las cámaras de cremación, donde las víctimas fueron desaparecidas por grupos paramilitares durante el conflicto armado. Esta sombría escena se desarrolla en Juan Frío, ubicado en el municipio de Villa del Rosario, cerca de la frontera entre Colombia y Venezuela, capturado el 27 de septiembre. [Schneyder Mendoza / AFP]
Familiares de las víctimas se reúnen afuera de las cámaras de cremación, donde las víctimas fueron desaparecidas por grupos paramilitares durante el conflicto armado. Esta sombría escena se desarrolla en Juan Frío, ubicado en el municipio de Villa del Rosario, cerca de la frontera entre Colombia y Venezuela, capturado el 27 de septiembre. [Schneyder Mendoza / AFP]

AFP |

VILLA DEL ROSARIO, Colombia -- Armados con palas y cepillos, un equipo de antropólogos forenses se despliega para excavar un antiguo horno en el este de Colombia que alguna vez se usó para la producción de caña de azúcar, pero los expertos sospechan que también pudo haber sido utilizado para incinerar cuerpos humanos.

Están buscando restos de las cientas de víctimas que se cree que fueron asesinadas por grupos paramilitares que alguna vez operaron en la región.

Las organizaciones de víctimas estiman que más de 500 cuerpos pueden haber sido cremados en este tipo de horno a principios de la década de 2000, a la vez que los grupos armados intentaron borrar todas las pruebas de los asesinatos.

La Unidad de Personas Desaparecidas (UBPD) estima que más de 100.000 víctimas –la gran mayoría de ellas civiles – desaparecieron durante el conflicto que asoló a Colombia durante seis décadas, más que todas las otras dictaduras regionales del siglo XX – Argentina, Brasil y Chile, combinados.

Los hornos de ladrillos ubicados en el municipio de Villa del Rosario, en la frontera con Venezuela, en el oriente de Colombia, fueron utilizados originalmente para producir caña de azúcar. [Schneyder Mendoza/AFP]
Los hornos de ladrillos ubicados en el municipio de Villa del Rosario, en la frontera con Venezuela, en el oriente de Colombia, fueron utilizados originalmente para producir caña de azúcar. [Schneyder Mendoza/AFP]

El conflicto, que comenzó en la década de 1960, puso a los guerrilleros de izquierda que luchaban contra el gobierno y los grupos paramilitares de derecha desde la década de 1980, frente a un contexto complejo de violencia relacionada con el narcotráfico.

Durante el período, los grupos paramilitares sembraron el terror mediante masacres y la persecución de políticos, agricultores y líderes comunitarios que no compartieran sus ideas.

En 2006, unos 30.000 miembros de los grupos fueron desarmados y la mayoría de sus líderes encarcelados. Motivados por acuerdos de sentencia, algunos dicen ahora que están dispuestos a contribuir a la búsqueda de los desaparecidos.

"No solo los muertos"

Desde su prisión en Estados Unidos, donde cumple una condena de 15 años por tráfico de drogas, Salvatore Mancuso, exlíder paramilitar, informó a principios de este año sobre la ubicación de una fosa común.

En junio, los investigadores de la UBPD encontraron allí "múltiples" restos humanos.

Los hornos de ladrillos ubicados en el municipio de Villa del Rosario, en la frontera con Venezuela, en el oriente de Colombia, fueron utilizados originalmente para producir caña de azúcar.

Pero según confesiones de comandantes paramilitares ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el tribunal que juzga los peores crímenes del conflicto, los escuadrones de la muerte de extrema derecha utilizaron los hornos para incinerar a los guerrilleros y a los campesinos que simpatizaban con ellos.

Este tipo de horno podría haber sido utilizado para cremar cadáveres, señaló Marlon Sánchez, jefe de la UBPD, entidad creada tras el acuerdo de paz de 2016.

"Este no es el único horno donde se podrían haber incinerado cadáveres", afirmó el antropólogo a AFP.

El pueblo "fue previamente torturado y sometido a degradaciones absolutamente humillantes", declaró Javier Osuna, autor del libro "Me contarás del fuego: Los hornos de la infamia", que relata la sombría historia del conflicto.

De los testimonios recibidos "podemos deducir que no sólo los muertos entraban en estos hornos", indicó Osuna, sin mencionar directamente la horrible posibilidad de que también pudieran haber personas quemadas vivas.

La búsqueda da nuevas esperanzas a las familias de las víctimas, algunas de las cuales van a ver a los investigadores hacer su trabajo.

"Las temperaturas pueden no haber sido lo suficientemente altas como para destruir completamente los huesos", por lo que existe posibilidad de encontrar pistas, explicó Osuna.

Sin embargo, hasta el momento la búsqueda no ha producido ningún resultado.

¿Le gusta este artículo?


Captcha *