Economía
Los observadores evalúan los riesgos económicos y ambientales del TLC China-Ecuador
La participación de China en Ecuador causó mucha controversia, abarcando proyectos de infraestructura problemáticos y préstamos que han llevado a Quito al borde del colapso financiero.
Por Alicia Gutiérrez |
QUITO -- Representantes de diversos grupos ecuatorianos han expresado su desconfianza respecto al Tratado de Libre Comercio (TLC) entre China y Ecuador, que fue firmado por los gobiernos de ambos países en mayo.
Una declaración reciente de la organización Acción Ecológica plantea preocupaciones sobre lo que percibe como una seria amenaza para la economía y la sostenibilidad de Ecuador.
"El TLC atará aún más a Ecuador a la geopolítica china, dependiendo en gran medida de ella para obtener recursos vitales como minerales, incluidos los provenientes del fondo marino, como el petróleo, la pesca, el camarón y otros productos esenciales", declaró el 7 de septiembre la presidenta de la organización, Ivonne Ramos, leyendo el comunicado.
Cecilia Chérrez, portavoz del movimiento ambientalista, expresó su preocupación por la presencia de una flota pesquera china en la reserva de Galápagos, y señaló que los barcos tienen un impacto negativo sobre las especies marinas dentro de esta área protegida.
Chérrez también remarcó que el TLC con China disminuye oportunidades para las pequeñas y medianas empresas ecuatorianas, señalando la falta de regulaciones adecuadas que acompañen el acuerdo.
"En nombre del libre comercio y el descontrol que traen, con este tratado se cierran posibilidades para frenar la invasión de millones de productos chinos que van a destrozar a muchos sectores de pequeña y mediana producción que aún se mantienen en nuestro país. Mientras tanto, se generan condiciones para recibir chatarra y desperdicios de las manufacturas de China en nuestros territorios", enfatizó.
Por su parte, Paulina Garzón, directora de la ONG Latinoamérica Sostenible (LAS), indicó que el capítulo de inversiones del tratado genera profundas preocupaciones.
"El capítulo de inversiones es bastante preocupante. Empieza diciendo que una parte clave de este tratado es la integración de las empresas chinas en todos los sectores", señaló ella.
"Ecuador, como una de las partes, debe ser muy proactivo en ofrecer servicios de información sobre los sectores y actividades donde podrían invertir las empresas chinas, lo cual va más allá del comercio de productos", señaló Garzón.
LAS es una ONG enfocada en proteger el medio ambiente y las comunidades locales de las inversiones chinas explotadoras en Latinoamérica y el Caribe.
Garzón enfatizó la necesidad de considerar cuidadosamente el apoyo potencial que el TLC podría brindar a "las empresas chinas en la expansión de las operaciones de pesca y acuicultura".
"China tiene la mayor flota pesquera en el mundo y el mayor índice de pesca ilegal en el mundo”, subrayó.
Esta situación no es exclusiva de Ecuador; es un desafío que "han enfrentado varios países sudamericanos", explicó Garzón. "Se anticipa que el Tratado de Libre Comercio agravaría este problema".
Próximos pasos
El TLC Ecuador-China se firmó virtualmente el 10 de mayo en una ceremonia en la que participaron el Ministro de producción, comercio, inversión y pesca de Ecuador, Julio Prado, y el Ministro de comercio de China, Wan Wentao.
El acuerdo se firmó tras una serie de reuniones técnicas celebradas entre abril y diciembre de 2022.
El documento cubre un total de 17 puntos, incluido uno que aborda específicamente el comercio electrónico, lo que llevó a las autoridades ecuatorianas a considerarlo un tratado de "última generación".
Este hecho sitúa a Ecuador como la primera nación latinoamericana en incorporar un capítulo de este tipo en un acuerdo comercial con China, destacó Prado.
Sin embargo, numerosos grupos han expresado su preocupación de que los especialistas y miembros de la sociedad civil no participaron ni fueron consultados adecuadamente durante todo el proceso de análisis y negociación del acuerdo con China.
Además, en los debates no se han mencionado los aspectos clave relacionados con el medio ambiente y el trabajo.
El acuerdo está sujeto a revisión y aprobación tanto por la Corte Constitucional como por la Asamblea Nacional del Ecuador. Una vez que se completen con éxito los procesos legales internos en ambos países y se obtengan las aprobaciones necesarias, se espera que el acuerdo entre en vigor a principios de 2024.
El acuerdo impulsaría las exportaciones no petroleras de Ecuador durante los próximos 10 años por el monto total entre 3.000 y 4.000 millones de dólares estadounidenses, o hasta un 33%, según el Financial Times.
El TLC otorga el acceso preferencial al 99% de las exportaciones a China, en particular productos agrícolas y agroindustriales, incluidos camarones, plátanos, flores cortadas, cacao y café.
Sin embargo, los analistas advierten que el acuerdo podría no ser rentable para Ecuador.
Una de las preocupaciones es que el acuerdo podría darle a China aún más influencia política en Ecuador.
Ecuador, al igual que otros países que han hecho acuerdos con China, ha caído víctima de la "diplomacia de la trampa de la deuda" de China que atrae a los países a una deuda insostenible para obtener una influencia indebida.
China se convirtió en el mayor acreedor de Ecuador durante la administración del presidente Rafael Correa, quien estuvo en el cargo de 2007 a 2017. Durante este período, la deuda de Ecuador con China alcanzó los 5.000 millones de dólares estadounidenses, lo que representa el 4% del PIB actual del país.
En septiembre pasado, Ecuador se vio obligado a reestructurar su deuda con bancos chinos, reduciéndola por unos 1.400 millones de dólares estadounidenses hasta 2025.