Salud
Hospital chino sin terminar en el sur de Bogotá bajo escrutinio tras "feminicidio"
El crimen de una joven en el sur de Bogotá ha indignado a una ciudad que lleva seis años esperando a que los chinos terminen de construir un hospital cercano.
![Funcionarios de la Contraloría de Bogotá inspeccionan las obras paralizadas del Hospital de Usme, un proyecto muy retrasado, liderado por el conglomerado estatal chino PowerChina. Seis años después de que PowerChina ganara el contrato para construir el hospital, este sigue inconcluso. [Contraloría de Bogotá]](/gc4/images/2025/07/29/51316-usme1-600_384.webp)
Por Entorno |
El horror sucedió a plena luz del día.
Mary Pineda, una venezolana de 25 años, fue brutalmente apuñalada dentro de una casa en Yomasa, un barrio de clase trabajadora enclavado en las colinas del sur de Bogotá.
Según los vecinos, el local funcionaba como un spa clandestino. En su interior, una cámara de seguridad captó los momentos del ataque del 23 de julio.
Cinco puñaladas, tres en el abdomen, una en el pecho y otra en la cabeza. Las imágenes, que posteriormente se filtraron en Internet, provocaron una gran indignación en toda la capital colombiana.
![En marzo de 2022, el entonces embajador de China en Colombia, Lan Hu (segundo a la derecha), visitó las obras del Hospital de Usme junto a funcionarios de la Alcaldía de Bogotá y de PowerChina. [Secretaría Distrital de Salud de Bogotá]](/gc4/images/2025/07/29/51319-usme3-600_384.webp)
Pineda luchó por salir con vida. Los vecinos la subieron rápidamente a un vehículo que estaba cerca y condujeron 30 minutos por las congestionadas calles de la ciudad hasta el Hospital de Meissen, que tiene el servicio de urgencias público más cercano.
Los médicos intentaron detener la hemorragia, pero sus heridas eran muy graves. Murió debido a una hemorragia masiva poco después de llegar.
La policía identificó a un sospechoso a partir del video. Sigue prófugo.
Un hospital vacío
Por desgracia, si los constructores chinos hubieran cumplido su palabra hace años, los samaritanos no se habrían visto obligados a correr 30 minutos hasta un hospital lejano.
A sólo cinco minutos en carro del lugar donde Pineda fue apuñalada, se levanta otro hospital, nuevo pero vacío.
El Hospital de Usme, un proyecto multimillonario destinado a proporcionar atención esencial a uno de los distritos más desatendidos de Bogotá, ha permanecido inactivo durante meses.
El conglomerado estatal chino, PowerChina International Group, lidera el consorcio contratado por la ciudad en 2019 para construir el edificio. El hospital debía abrir en 2023. No se inauguró. Y aún no se ha inaugurado.
PowerChina ya ha incumplido ocho plazos. Los retrasos en la construcción, la mala coordinación y lo que las autoridades bogotanas llaman un incumplimiento constante han impedido que el hospital abra sus puertas.
El proyecto del Hospital de Usme es "una obra que lleva unos meses de retraso y que el día 30 de junio tenía su última prórroga para ejecución de la obra", dijo Andrés Domínguez, director de vigilancia en salud de la Contraloría de Bogotá, en un video publicado en X el 27 de julio.
Con ese plazo ya vencido, la ciudad concedió discretamente una prórroga más, hasta finales de 2025.
"Este proyecto del nuevo Hospital de Usme que tiene un valor total de más de 290.000 millones de pesos (70 millones de dólares), se encuentra hoy todavía con un faltante del 5 % en su ejecución", dijo Domínguez.
Promesas, retrasos y frustración
Mientras tanto, los habitantes de Usme siguen esperando. Más de 1,3 millones de habitantes residen en los distritos del sur de Bogotá, la mayoría de los cuales tienen un acceso limitado a una atención médica de calidad.
Durante años, las autoridades prometieron que el nuevo hospital cambiaría las reglas del juego: una infraestructura de 70 millones de dólares con salas de maternidad, unidades de urgencias y equipos quirúrgicos de alta tecnología.
Los retrasos en la finalización del hospital no son nada raro. En toda América Latina, las constructoras chinas, entre ellas PowerChina, han sido objeto de críticas por incumplir plazos, no entregar proyectos de infraestructura clave y operar con escasa transparencia.
En países como Ecuador, Colombia y Argentina, los organismos de control y la sociedad civil han planteado preocupaciones similares sobre los sobrecostos y las prácticas laborales cuestionables en los proyectos respaldados por China. Los retrasos en Usme coinciden con un modelo más generalizado de expectativas incumplidas en toda la región.
Para Pineda, la lentitud de China pudo haber resultado fatal.