Por Giselle Alzate | 2025-01-09

BOGOTÁ -- La posible inclusión de Colombia en la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China (BRI) -- también conocida como la Nueva Ruta de la Seda -- supone un arma de doble filo para la nación sudamericana.

Promovida como plataforma para el desarrollo de infraestructuras y la cooperación comercial, la iniciativa china ha captado el interés del gobierno colombiano, que está negociando activamente su adhesión.

En octubre, el viceministro de Asuntos Exteriores colombiano, Jorge Rojas, anunció que su país está negociando su entrada formal en la BRI con el objetivo de aprovechar el financiamiento de megaproyectos por parte de Pekín.

“Colombia entrará en La Franja y la Ruta de China después de una negociación en la que reconozcamos prioridades y necesidades de ambos países”, afirmó Rojas en las redes sociales a principios de ese mes.

Los medios de comunicación locales indican que la entrada formal de Colombia en la iniciativa podría anunciarse ya en febrero, coincidiendo con el 45º aniversario de las relaciones diplomáticas entre Bogotá y Pekín.

La trampa de la deuda

Los analistas han expresado su preocupación por el riesgo latente de que Colombia caiga en la "trampa de la deuda" con China, un escenario que ha afectado a países como Venezuela durante 25 años de chavismo y Ecuador durante la gestión del expresidente Rafael Correa (2007–2017).

Hasta julio pasado, Venezuela le debía a China unos 10.000 millones de dólares.

Por otro lado, incluso tras una reestructuración de la deuda en 2022, Ecuador sigue debiendo a China casi 3.000 millones de dólares.

Se desarrollarán numerosas negociaciones antes de que la iniciativa china entre en vigor a principios de este año, dijo a Entorno Daniela Rueda, analista de Colombia Risk Analysis.

Sin embargo, una mala negociación por parte del gobierno colombiano podría tener repercusiones “nefastas” y sumir al país en una crisis económica insostenible.

“Como toda integración representa oportunidades y se corren ciertos riesgos. Creo que para Colombia el tema del endeudamiento es un aspecto muy relevante, que hay que poner sobre la balanza", comentó la analista.

"Hemos visto como en América Latina y África se han visto afectados por el tema del endeudamiento con China".

Los bancos estatales chinos suelen imponer condiciones específicas a sus préstamos para infraestructura, señaló Rueda. “En caso de que Colombia no sea cuidadoso se corre el riesgo de entrar en unas condiciones menos favorables ante China”.

“Esto afectaría la deuda y también la capacidad de Colombia de pedir financiamiento en el futuro”, agregó.

Vigilancia

China ha propuesto medidas bilaterales de financiación en el marco del BRI, señaló Sergio Guzmán, director de Colombia Risk Analysis. No obstante, dichas medidas “son desconocidas y no sabemos cuáles son sus términos, cuáles son los plazos o las condiciones”, dijo.

“Hay que ejercer vigilancia, hay que ver para dónde va y cuáles son los riesgos", enfatizó. "Hay que hacer un monitoreo constante y consistente de las implicaciones que puede tener”.

La decisión de Colombia de sumarse a la iniciativa china podría conducir a una dependencia financiera de Pekín, afirmó Rueda.

“Al insistir y ampliar estas relaciones (con China) y en caso de no tener cuidado como se plantea esta adhesión de la Franja y la Ruta, se corre un riesgo bastante significativo en un tema de endeudamiento y de una posible dependencia de China”, advirtió.

Las dos mayores economías de América Latina, Brasil y México, aún no se han unido a la BRI, lo que refleja cautela o escepticismo frente a la iniciativa.

China ya tiene acuerdos de libre comercio con Chile, Costa Rica, Ecuador, Nicaragua y Perú y ha invertido miles de millones de dólares en proyectos de infraestructura en América Latina.

Sin embargo, gran parte de esta inversión se realiza en forma de préstamos que a menudo acarrean condiciones de reembolso desfavorables.