Diplomacia

El frente unido de Mercosur: una respuesta estratégica a China

Brasil y Argentina reconocen el peligro de dejar que China negocie con las naciones latinoamericanas por separado. En su lugar, prefieren entablar conversaciones colectivas con el gigante asiático.

El presidente de Argentina, Javier Milei, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el presidente de Paraguay, Santiago Peña, posan para una foto grupal durante la LXV Cumbre del Mercosur celebrada en Montevideo el 6 de diciembre. [Eitan Abramovich/AFP]
El presidente de Argentina, Javier Milei, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el presidente de Paraguay, Santiago Peña, posan para una foto grupal durante la LXV Cumbre del Mercosur celebrada en Montevideo el 6 de diciembre. [Eitan Abramovich/AFP]

Por Analía Rojas |

BUENOS AIRES -- El reciente acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), sumado a la elección de Yamandú Orsi como presidente de Uruguay, han asestado importantes golpes a los esfuerzos de China por debilitar el bloque sudamericano y a la presión de Pekín en favor de acuerdos comerciales entre naciones.

El 6 de diciembre, la UE y el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) anunciaron la finalización de las negociaciones para un tan esperado acuerdo de libre comercio tras 25 años de debate.

El pacto aún requiere la aprobación de los parlamentos nacionales europeos y una revisión jurídica exhaustiva, un proceso que podría durar al menos dos años.

"El fracaso de este acuerdo habría dejado a Sudamérica más vulnerable a la influencia china, que ya es significativa y creciente", escribió Josep Borrell, ex vicepresidente de la Comisión Europea, en un artículo publicado el 7 de diciembre en el diario español El País.

China considera a América Latina como un socio estratégico y quiere potenciar las inversiones en infraestructura y el acceso a recursos esenciales en esa región, afirmó Borrell.

Aunque Pekín promueve un discurso de "beneficios mutuos", estos acuerdos a menudo favorecen a China.

Desde la punto de vista de Borrell, el acuerdo entre la UE y el Mercosur ofrece a América Latina la oportunidad de diversificar las alianzas estratégicas con Europa, sobre todo en un momento en que "el mercado chino podría no ser tan prometedor como antes".

La Vicepresidenta de la Comisión Europea y ex Primera Ministra de Estonia, Kaja Kallas, subrayó a mediados de noviembre la importancia de ratificar el acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur para evitar que China siga expandiendo su influencia en América Latina.

En una audiencia en el Parlamento Europeo, Kallas subrayó los intereses geopolíticos en juego. "Si no firmamos un acuerdo comercial con el Mercosur, China llenará ese vacío", afirmó.

Del mismo modo, el Comisario Europeo de Comercio, Maroš Šefčovič, advirtió el 4 de noviembre que Europa está perdiendo su posición histórica en la región.

"Durante varias décadas hemos sido [el] socio comercial número uno de América Latina. Ya no lo somos... Es China", dijo en el Parlamento Europeo.

"Simplemente tenemos que hacerlo mejor, estar más presentes, ser más atractivos políticamente y ser un mejor socio para estos países tan, tan importantes", añadió Šefčovič.

Grandes beneficios para América Latina y la UE

El acuerdo pendiente entre la UE y Mercosur, que afectaría a 800 millones de habitantes de Europa y América Latina si se concreta, es considerado por los observadores como una importante ampliación del acceso al mercado y un paso hacia el establecimiento de normas mundiales en ámbitos como el desarrollo sostenible, la innovación tecnológica y la gobernabilidad.

China ha manifestado un gran interés por el Mercosur, sobre todo en sectores como agricultura, minerales e infraestructura, con su Iniciativa de la Franja y la Ruta como instrumento clave de financiación de los acuerdos bilaterales.

Sin embargo, esta creciente influencia ha suscitado preocupación por la posible dependencia económica de Pekín y el riesgo de debilitar la unión del Mercosur.

Al dar prioridad a la unidad del Mercosur sobre los acuerdos que buscan los países latinoamericanos por separado, el bloque fortalece su posición en la escena mundial.

También envía un mensaje claro a Pekín, dicen los analistas, el Mercosur no sacrificará su integración regional por ganancias selectivas a corto plazo.

China ha estado presionando para profundizar los lazos comerciales con los países del Mercosur a través de acuerdos bilaterales, similares a los que ha firmado con otras naciones latinoamericanas como Chile, Perú, Costa Rica, Ecuador y Nicaragua.

No obstante, la experiencia de otros países latinoamericanos donde los pactos comerciales con China han llevado a la dependencia, ha servido de advertencia para varios miembros del Mercosur, que han optado por negociaciones grupales en lugar de conversaciones individuales con China.

Orsi, el nuevo presidente uruguayo que tomará posesión de su cargo en marzo, también ha hecho hincapié en su compromiso de apoyar la unidad regional frente a la estrategia china de "divide y reinarás" aplicada en las negociaciones con los distintos países.

Su posición difiere de la de su predecesor Luis Lacalle Pou. En diciembre de 2023, Lacalle Pou pidió a los socios del Mercosur que permitieran las conversaciones chino-uruguayas sobre un tratado de libre comercio.

A medida que evoluciona el panorama comercial mundial y China intensifica sus esfuerzos por expandir su influencia, la decisión del Mercosur de priorizar la unidad regional por sobre los acuerdos individuales con Pekín refleja un compromiso mayor con la prosperidad y la autonomía colectivas, afirman los analistas.

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