Política
Vínculos entre Irán y Nicaragua plantean una amenaza oculta para la seguridad latinoamericana
Los vínculos entre Nicaragua e Irán a menudo dependen de canales extraoficiales y la mezquita de Managua juega un papel clave. Estas relaciones secretas podrían facilitar la cooperación encubierta con grupos terroristas, según indican observadores.
Por Roberto Orozco B. |
SAN JOSÉ, Costa Rica -- Las relaciones entre Irán y Nicaragua han avanzado a través de canales extraoficiales con la intención de evitar el monitoreo y la vigilancia por parte de gobiernos extranjeros, indican observadores.
La cooperación entre Irán y Nicaragua está, una vez más, bajo el escrutinio público tras las declaraciones realizadas a finales de octubre por Michal Gur-Aryeh, embajadora israelí en Costa Rica.
Hezbolá y otros grupos respaldados por Irán han mantenido bases en Nicaragua, un país liderado por Daniel Ortega y Rosario Murillo durante los últimos 18 años, dijo Gur-Aryeh, de acuerdo con la agencia de noticias EFE.
Ortega y Murillo, quienes son tanto cónyuges como socios políticos, ocupan ahora los cargos de presidente y copresidente de Nicaragua. Este último es un cargo que se introdujo mediante una reforma constitucional aprobada el 22 de noviembre.
Han consolidado un régimen autoritario que se opone abiertamente a los Estados Unidos y que se alinea con los gobiernos autocráticos de Rusia, Irán y China.
Los detalles de la colaboración entre Managua y Teherán se mantienen, en gran medida, en secreto, habiéndose publicado sólo un puñado de acuerdos recíprocos en La Gaceta, la publicación gubernamental oficial de Nicaragua.
En febrero de 2023, una filtración de documentos de inteligencia, luego destacada por The New York Times en abril de 2023, reveló planes de cooperación militar que generaron preocupaciones importantes sobre la potencial participación del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) y grupos extremistas de Irán.
"Desde un punto de vista público, las relaciones bilaterales parecen estar limitadas por actos ceremoniales: visitas de presidentes, participación en eventos oficiales y reuniones a puerta cerrada cubiertos por medios de comunicación controlados por el Estado", dijo un experto nicaragüense en relaciones internacionales a Entorno.
Sin embargo, "hay una dimensión oculta que se lleva a cabo a través de canales extra oficiales, donde la comunicación y cooperación son mucho más activas y fluidas", dijo el académico, que enfrenta una persecución política y ahora vive en exilio, con la condición de mantener su anonimato para proteger a sus parientes en Nicaragua.
"Sabemos que Irán aprovecha las redes religiosas para la comunicación, tales como la mezquita de Managua. Este lugar de culto sufrió cambios importantes en 2012 después de la visita del presidente iraní en ese momento, Mahmoud Ahmadinejad", explicó el analista político.
Poco después de la visita, la mezquita expulsó a su imán sunita, el clérigo jordano Abdel Kader, y lo reemplazó con Sheikh Nasef, un chiita de Teherán.
El cambio en el liderazgo se produjo por la presión de Ahmadinejad, de acuerdo con informes de la comunidad palestina, mayoritariamente sunita, de Managua.
Según un informe de Steve Stecklow publicado en YaleGlobal a finales de 2009, circulaban rumores de que Teherán podría haber financiado parcialmente la construcción de la mezquita de Managua.
Ortega y Ahmadinejad compartían una "afinidad revolucionaria", dijo Stecklow.
Nasef (también conocido como Nesef o Nasser) es una figura dentro del círculo íntimo de Ortega, dijo otra fuente consultada por Entorno, un coronel de inteligencia retirado del ejército nicaragüense que ahora vive en exilio.
Nasef en gran medida un desconocido, ya que "se hace todo lo posible por mantenerlo lejos del foco de atención".
Canales de comunicación alternativos
También se cree que Ortega depende de otra persona con información privilegiada para orquestar los vínculos nicaragüenses con el Medio Oriente.
En 2007, estableció la Secretaría Privada de la Presidencia de Nicaragua para Asuntos Internacionales, a menudo llamada la Secretaría de Relaciones con el Medio Oriente por los medios de comunicación.
Desde entonces, su líder ha sido Mohamed Muhktar Lashtar, el confidente de Ortega de origen libio que llegó a Nicaragua para ocupar un cargo diplomático inicial en la década de los 80 y que desde entonces ha mantenido una relación estrecha con Ortega.
Las agencias internacionales de inteligencia han identificado a Lashtar como posible sobrino del difunto dictador libio Muammar Gaddafi. Lashtar nunca negó públicamente ese parentesco.
Miembros de la pequeña comunidad judía de Nicaragua han conectado a Lashtar con World MATHABA, una iniciativa libia que ayudó a movimientos revolucionarios de todo el mundo desde finales de los años 70 hasta su disolución en 1992.
En general, Ortega y su círculo íntimo evitan el Ministerio de Relaciones Exteriores y prefieren ocuparse ellos mismos de las relaciones internacionales, particularmente con respecto a las naciones que respaldan el terrorismo islámico.
"En Nicaragua, la política exterior es un espacio de toma de decisiones prácticamente exclusivo del presidente Ortega y su séquito inmediato", escribió Sergio Moya, erudito en Medio Oriente de la Universidad de Costa Rica, en 2020.
Esta insistencia en la discreción genera un entorno propicio para la cooperación encubierta con organizaciones terroristas.
Los alegatos de Gur-Aryeh a finales de octubre coinciden con las advertencias de larga data.
Desde 2012, los medios de comunicación israelíes han informado acerca de la presencia de Hezbolá en Nicaragua.
En publicaciones de medios tales como Israel National News y The Times of Israel, se han detallado afirmaciones de que Hezbolá opera bases de entrenamiento en el norte de Nicaragua, lo que agrava las preocupaciones por actividades clandestinas y sus implicaciones para la estabilidad de la región.