Política

Rosario Murillo: la excéntrica y todopoderosa "copresidenta" de Nicaragua

La fachada de espíritu libre de Murillo oculta un autoritarismo implacable.

La vicepresidenta nicaragüense Rosario Murillo muestra la señal de la V durante un acto en Managua en agosto de 2018. [Inti Ocon/AFP]
La vicepresidenta nicaragüense Rosario Murillo muestra la señal de la V durante un acto en Managua en agosto de 2018. [Inti Ocon/AFP]

Por AFP |

MANAGUA -- Rosario Murillo, esposa del hombre fuerte de Nicaragua, Daniel Ortega, y que pronto será su copresidenta, es conocida por sus extravagantes diatribas y sus excéntricos atuendos.

Pero los nicaragüenses no se hacen ilusiones. Detrás de su aspecto colorido y hippie, afirman los críticos, se esconde una despiadada autoritaria que ha ayudado a manejar el régimen cada vez más dictatorial de su marido con puño de acero.

Ningún alto funcionario se atrevería a mover un dedo sin el visto bueno de esta mujer de 73 años, según declaraciones de fuentes internas.

Murillo ha sido la única portavoz del Gobierno de Ortega desde 2007.

Un manifestante lleva una máscara que representa a la vicepresidenta nicaragüense Rosario Murillo durante la "Marcha de la burla" contra ella y el presidente nicaragüense Daniel Ortega en León, Nicaragua, en julio de 2018. [Marvin Recinos/AFP]
Un manifestante lleva una máscara que representa a la vicepresidenta nicaragüense Rosario Murillo durante la "Marcha de la burla" contra ella y el presidente nicaragüense Daniel Ortega en León, Nicaragua, en julio de 2018. [Marvin Recinos/AFP]
La vicepresidenta nicaragüense Rosario Murillo (izquierda) gesticula junto a su marido, el presidente Daniel Ortega, durante una manifestación en Managua en agosto de 2018. [Inti Ocon/AFP]
La vicepresidenta nicaragüense Rosario Murillo (izquierda) gesticula junto a su marido, el presidente Daniel Ortega, durante una manifestación en Managua en agosto de 2018. [Inti Ocon/AFP]

Conocida por sus discursos fervientes con referencias bíblicas y esotéricas, predica "amor y reconciliación" mientras que en el mismo aliento califica a la oposición de "vampiros sedientos de sangre".

En 2017, se convirtió en vicepresidenta.

Considerada durante mucho tiempo como la auténtica autoridad detrás de escena, Murillo se convertirá oficialmente en "copresidenta" después de que su leal parlamento aprobara el 22 de noviembre una reforma constitucional que también otorgará a la pareja un poder casi ilimitado sobre todos los asuntos de Estado.

Poesía y política

Murillo nació el 22 de junio de 1951, hija de Zoilamérica Zambrana Sandino, sobrina del héroe revolucionario Augusto César Sandino, quien da nombre al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Ortega.

Su padre, Teódulo Murillo, era un adinerado ganadero y algodonero que "adoraba" a su hija por su inteligencia y su interés por los libros y la poesía, según relata el escritor Fabián Medina en su biografía sobre Ortega, "El Preso 198".

A los 11 años, el padre de Murillo la envió a Inglaterra y Suiza, donde aprendió inglés y francés y obtuvo un título de secretaria.

Se quedó embarazada a los 15 años de su primera hija y fue obligada por sus padres a casarse con el padre, Jorge Narváez, con quien tuvo dos hijos: Zoilamérica y Rafael.

En 1968, empezó a trabajar en el diario La Prensa como secretaria de su entonces director, Pedro Joaquín Chamorro, un feroz crítico de la dictadura.

Chamorro fue asesinado en 1978. Su viuda, Violeta Barrios, se convirtió en la primera mujer presidenta de Nicaragua tras derrotar a Ortega, quién ocupó el poder durante gran parte de la década de 1980, en las elecciones de 1990.

Siempre leal

Murillo se unió al FSLN, por entonces un grupo guerrillero, en 1969, y en la década de 1970 ayudó a fundar un movimiento de artistas opositores a la dictadura.

Se divorció de Narváez y se casó con el periodista Anuar Hassan. Tuvieron un hijo, cuya muerte en un terremoto en 1972 la inspiró a empezar a escribir poesía.

Murillo se exilió en Panamá, Venezuela y Costa Rica, donde conoció a Ortega en 1977.

Esto ocurrió dos años antes de la caída de la dictadura, lo que les permitió regresar a sus hogares. Ortega formó parte de una junta antes de ser elegido presidente en 1985.

La pareja contrajo matrimonio en 2005, el cuarto para Murillo.

Murillo se ha mantenido siempre leal a su marido.

Cuando en 1998 su hija, Zoilamérica Narváez, acusó a Ortega de haber abusado sexualmente de ella en la infancia, Murillo estuvo del lado de su esposo.

Un juez sandinista desestimó los cargos.

Hoy, Narváez vive en Costa Rica, donde habla despectivamente de su madre.

"Hubiese entendido que guardara silencio, pero no que se convirtiera en mi principal persecutora", declaró a AFP en 2021.

Murillo impuso su estilo excéntrico en la capital, Managua, y ordenó colocar varios "árboles de la vida" de metal, pintados de distintos colores e iluminados por la noche.

Según el libro de Medina, "Ortega encontró en Murillo lo que le faltaba, y Murillo encontró en Ortega el vehículo que necesitaba" para alcanzar el poder.

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