Medios
Los Estados Unidos denuncian a Rusia por llevar a cabo una campaña de desinformación en América Latina
Los contenidos pro-Kremlin procedentes de Rusia son "localizados" por un equipo latinoamericano y publicados en la prensa local para que parezcan orgánicos.
Por Entorno y AFP |
WASHINGTON - El gobierno de Estados Unidos ha acusado a Rusia de orquestar una "campaña de desinformación" en toda Latinoamérica, con el objetivo de erosionar el apoyo a Ucrania y sembrar la discordia hacia Estados Unidos y la OTAN.
"El gobierno ruso está financiando actualmente una campaña de desinformación en toda Latinoamérica", dijo el Departamento de Estado de Estados Unidos en un comunicado el martes, 7 de noviembre.
Los contactos del Kremlin se extienden a medios de comunicación de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, México, Venezuela, Brasil, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay, entre otros países de la región, según el comunicado.
El objetivo es "llevar a cabo una campaña de manipulación informativa destinada a explotar clandestinamente la transparencia del entorno mediático e informativo de América Latina".
"El propósito del Kremlin parece ser blanquear su propaganda y desinformación a través de los medios de comunicación locales de una manera que resulte orgánica para el público latinoamericano, con el fin de socavar el apoyo a Ucrania y propagar un sentimiento antiestadounidense y anti-OTAN", señala el comunicado.
Fomento de los intereses de Rusia
La campaña está dirigida por la Agencia de Diseño Social (SDA), el Instituto para el Desarrollo de Internet y Structura.
Su coordinación pretende "promover los intereses estratégicos de Rusia... cooptando abierta y encubiertamente a los medios de comunicación locales y a personas influyentes para difundir desinformación y propaganda".
El Departamento de Estado se refiere a estas entidades como empresas de "influencia por encargo".
Entre las personas identificadas por Estados Unidos figuran Ilya Gambashidze y Andrey Perla, ambos directores de la SDA; Nikolay Tupikin, director general de Structura; y el periodista pro-Kremlin Oleg Yasinskiy.
Según la evaluación del gobierno estadounidense, su proceso se desarrolla del siguiente modo:
Primero organizan un equipo editorial "en un país de América Latina, muy probablemente en Chile", compuesto por periodistas y líderes de opinión de toda la región.
Posteriormente, un equipo en Rusia genera contenidos que envía para que el equipo latinoamericano los revise, edite y publique en los medios locales.
Rusia también mantiene un equipo de traductores en Moscú, que dominan el español y que "a menudo utilizan alias para ocultar sus verdaderas identidades y asegurarse de que la información se blanquea de forma que resulte orgánica para el público al que va dirigida".
"Las operaciones de la red se realizan principalmente en colaboración con los medios de habla hispana Pressenza y El Ciudadano", pero el grupo dispone de más recursos mediáticos "para amplificar aún más la información", según Washington.
La mano oculta del Kremlin
Controlar la narrativa del Kremlin es un aspecto importante de la campaña de influencia, dijo el Departamento de Estado.
Los temas se desarrollan "conjuntamente con el gobierno ruso y bajo su supervisión", afirma.
La intención es persuadir "al público latinoamericano de que la guerra de Rusia contra Ucrania es justa y de que pueden unirse a Rusia para derrotar al neocolonialismo".
Además, "hay esfuerzos coordinados entre las embajadas rusas en América Latina y los medios de comunicación financiados por el Estado para aumentar los mensajes a favor del Kremlin" y "difundir narrativas antiestadounidenses", según el comunicado del Departamento de Estado.
"Estos temas se alinean con la falsa narrativa de Rusia de que es un defensor contra la neocolonialización, cuando en realidad está involucrado en el neocolonialismo y el neoimperialismo en su guerra contra Ucrania y su extracción de recursos en África."
También se intenta establecer vínculos entre los medios de comunicación rusos financiados por el Estado, los medios de comunicación y emisoras de radio locales, los periodistas locales y las "embajadas de países terceros percibidas como favorables a Moscú en la región".
El Kremlin se esfuerza por "ocultar sus intenciones cada vez más, blanqueando sus mensajes preferidos a través de un vasto ecosistema de sitios web proxy rusos", que conectan indirectamente con "individuos y organizaciones que aparentan ser fuentes de noticias independientes", según la Evaluación Anual de Amenazas de la Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos.
Según este informe, Moscú difunde "historias originales o amplifica discursos populares o divisivos preexistentes".