Derechos Humanos
Los católicos chinos temen represalias después de viajar a Mongolia para ver al Papa
En China, las organizaciones religiosas se encuentran con una persecución y la libertad de culto severamente restringida. Esta tendencia ha empeorado bajo el gobierno del presidente Xi Jinping.
Por AFP |
ULÁN BATOR -- Los católicos chinos acudieron en masa a la capital de Mongolia para ver al Papa Francisco este fin de semana, y pudieron vislumbrar grandes expresiones públicas de fe religiosa impensables en su país. Los visitantes expresaron su esperanza de que el pontífice pudiera visitarlos algún día.
En Latinoamérica se encuentra el 40 % de la población católica mundial estimada en más de 400 millones, mientras que en China viven unos 12 millones de católicos.
Durante décadas, los católicos en China han sido divididos entre el culto aprobado por el Partido Comunista Chino y las iglesias clandestinas respaldadas por el Vaticano.
Y el fin de semana pasado, con la primera visita de Papa a Mongolia, algunos viajaron para verlo con sus propios ojos.
En la plaza central de Ulán Bator, la AFP vio una bandera china desplegada mientras sus seguidores se reunían para ver al Papa, varios de ellos con máscaras y gafas de sol ocultando sus rostros.
Una visitante señaló que ella y sus compañeras tenían que ser "muy discretas".
"En la aduana nos preguntaron por qué íbamos (al extranjero) y si somos católicos. Dijimos que estábamos aquí por el viaje", declaró.
Hay "mucha presión sobre los católicos en China", explicó.
"También nos preocupa que cuando regresemos nos inviten a 'charlar'", mencionó, utilizando un eufemismo común para referirse a ser citados para una interrogación por parte de los funcionarios de seguridad del Estado.
La visitante explicó que ella y un grupo de unas 20 personas habían venido desde todo el norte de China para ver al Papa.
"No nos atrevemos a contar sobre nuestro viaje a otros".
El Partido Comunista es oficialmente ateo y ejerce un control estricto sobre todas las instituciones religiosas reconocidas, incluidos el control de sermones y la elección de obispos.
El Papa Francisco lideró un esfuerzo de años para construir vínculos con Beijing y en 2018 la Santa Sede llegó a un acuerdo secreto que permite a ambas partes opinar en el nombramiento de obispos en China.
Los visitantes en Mongolia expresaron a la AFP la esperanza de que los lazos se estrecharan aún más y de que el Papa pudiera incluso visitarlos algún día.
"Espero que el Papa venga a China", comentó a AFP una católica de 75 años de apellido Kong, que afirmó haber criado sola a 48 huérfanos.
Ambas partes "deberían hablar diplomáticamente", afirmó.
Tamir Amarjargal, un turista de 26 años de Mongolia Interior de China, expresó esperanzas similares, a pesar de no ser católico.
"Es muy raro que el Papa visite Asia", señaló.
"Persecución rutinaria"
"Mongolia está muy cerca de nosotros, por eso estoy aquí para verlo. En mi grupo hay bastantes católicos que están muy emocionados de ver al Papa por primera vez", explicó.
"Espero que pueda visitar China algún día. Eso sería aún mejor".
Lu Lei, de 38 años, un ingeniero petrolero de la provincia de Heilongjiang, en el norte de China, dijo a AFP que estaba interesado en la cultura católica, a pesar de no ser creyente.
Dijo que en preparación para la visita había visto el drama televisivo "The Young Pope", una serie satírica sobre un pontífice estadounidense conservador ficticio, interpretado por Jude Law.
"Definitivamente espero que el Papa nos visite también en China", declaró.
"Cada país debería apoyar diferentes religiones y dejar que su gente elija libremente su propia religión".
La constitución de China garantiza la libertad religiosa.
Pero los grupos de derechos humanos dicen que las organizaciones religiosas enfrentan una persecución rutinaria y que la libertad de culto está severamente restringida. Según ellos, esta tendencia ha empeorado bajo el gobierno del presidente Xi Jinping.
"No podemos entrar a las iglesias en días sensibles, como Semana Santa o Navidad" a causa de la intimidación por parte de las autoridades, mencionó un visitante chino en Ulán Bator.
Las autoridades dicen "una cosa y hacen otra", afirmó.
La AFP escuchó a un visitante aconsejar a otro que no hablara con los periodistas por temor a "problemas" a su regreso a China.
"Creo que sabes por qué no podemos decir mucho", expresó una mujer que estaba esperando en la catedral.
"Ya sabes cómo es".