Crimen y Justicia

Bandas de narcotraficantes ecuatorianos acuden a la protección de una santa de la droga

La Santa Muerte se instaló en Ecuador hace seis años. Mientras muchos piden su protección, algunos recurren a sacrificios humanos para obtener su beneplácito.

Un soldado ecuatoriano monta guardia en el interior de una lujosa casa durante una operación conjunta del ejército y la policía nacional en Durán, Guayaquil (Ecuador). [Marcos Pin/AFP]
Un soldado ecuatoriano monta guardia en el interior de una lujosa casa durante una operación conjunta del ejército y la policía nacional en Durán, Guayaquil (Ecuador). [Marcos Pin/AFP]

Por AFP |

QUITO -- Con guantes y una cinta roja para ahuyentar el mal, los policías ecuatorianos que realizan una redada en una guarida de narcotraficantes inspeccionan con aprensión un altar a la Santa Muerte, una santa mexicana de la muerte adoptada por las bandas locales como talismán.

La espeluznante estatua de un esqueleto envuelto en una capa -que sostiene una guadaña en la mano derecha y un globo terráqueo en la izquierda- es la más reciente de un creciente número de santuarios de la Santa Muerte hallados en escondites de delincuentes en la ciudad occidental de Durán.

Las ofrendas de dinero, tabaco, alcohol, estatuillas y objetos religiosos son depositadas a sus pies por delincuentes que buscan la protección de la santa.

"La creencia es se encomiendan a la Santa Muerte para no ser atrapados y ser invencibles porque la Santa Muerte los cuida", explica a AFP el coronel Roberto Santamaría, de la policía de Durán.

El coronel Roberto Santamaría, jefe de la policía de Durán (Ecuador), muestra en su teléfono una foto de un altar de la Santa Muerte, venerada por las bandas locales como amuleto protector. [Marcos Pin/AFP]
El coronel Roberto Santamaría, jefe de la policía de Durán (Ecuador), muestra en su teléfono una foto de un altar de la Santa Muerte, venerada por las bandas locales como amuleto protector. [Marcos Pin/AFP]

Pero a veces, las ofrendas son más siniestras.

Un antiguo miembro de una banda dijo a la AFP que algunos compañeros también hacían sacrificios humanos.

"Sacrificaban a niños, que robaban de otros pueblos, frente a ella (Santa Muerte) cuando querían hacer un golpe grande", afirma el hombre, que se niega a dar su nombre.

Popularidad en ascenso

También conocida como La Flaca o La Hermana Blanca, la Santa Muerte es una santa guardiana de la sanación y la protección, y miles de latinoamericanos le rezan para asegurarse el paso al más allá.

Se cree que su origen se remonta al siglo XVIII en México, donde adquirió popularidad entre los capos del narcotráfico y, más recientemente, fue adoptada por traficantes y sicarios ecuatorianos en Durán, una ciudad invadida por bandas de narcotraficantes que extorsionan y aterrorizan a los lugareños.

Además de hacer ofrendas en los altares, los pandilleros se tatúan la imagen de la santa en el brazo y llevan amuletos con su imagen colgados del cuello.

Santamaría explica que la Santa Muerte llegó de México hace unos seis años, cuando miembros de la banda ecuatoriana Los Choneros recibieron entrenamiento del infame cartel de Sinaloa, que también transmitió sus creencias sobrenaturales.

La Policía de Durán calcula que encontró altares a la santa en cerca de seis de cada diez allanamientos realizados en 2024.

Los Choneros es una de las 20 bandas criminales consideradas "grupos terroristas" por el Presidente ecuatoriano Daniel Noboa, que aspira a la reelección el 9 de febrero, mientras lidera una guerra contralas bandas de narcotraficantes, a las que se atribuye el aumento de la delincuencia violenta en el otrora pacífico país sudamericano.

Noboa declaró el estado de emergencia y desplegó tropas en las calles y en las cárceles plagadas de violencia, lo que dio lugar a un ligero descenso de las tasas de homicidio en 2024 con respecto al año anterior.

Durán y la cercana ciudad de Guayaquil son el epicentro de la violencia en Ecuador, en parte por su proximidad al puerto que se utiliza cada vez más para enviar cocaína a Europa y Estados Unidos desde sus vecinos Perú y Colombia, los principales productores mundiales de esta droga.

"Les duele la cabeza"

Al igual que México, Ecuador es un país mayoritariamente católico, y la Iglesia condena la práctica de representar a la muerte como una personalidad, como en el caso de la Santa Muerte.

Sin embargo, la mayoría de los ecuatorianos no tiene problemas para asimilar ambas cosas, y la Santa Muerte también está siendo adoptada por la sociedad en general, con representaciones que se venden en los mercados o incluso por Internet.

Esta tendencia preocupa a los analistas, que temen que los propietarios de objetos de la Santa Muerte sean calificados erróneamente de mafiosos en medio de la represión gubernamental.

"Se criminaliza a la gente por su marcaje racial, por ser empobrecida. ¿Ahora también se van a criminalizar costumbres populares?", dijo a la AFP la investigadora ecuatoriana de estudios sociales Cristina Burneo.

En otro testimonio acerca del alcance de la santa, Santamaría dijo que muchos de sus agentes tienen miedo de trabajar cerca de los altares.

"Algunos policías me han dicho que, tras las operaciones, les duele la cabeza, empiezan a sentirse mal y se marean", afirma, aunque no cree en los poderes que se le atribuyen a la santa.

La policía que realiza investigaciones o allanamientos no destruye las estatuas de la Santa Muerte que encuentra a menos que existan pruebas de que contienen drogas o municiones.

"En Ecuador hay libertad de culto y cualquiera puede tenerla, no es delito", dice Santamaria.

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