Medio Ambiente
La proliferación de escorpiones plantea un grave problema a Brasil
Los escorpiones se multiplican debido a la urbanización y al aumento de las temperaturas, lo que los convierte en los animales venenosos más mortíferos de Brasil.
Por AFP |
SAN PABLO, Brasil -- Los brasileños ya no tienen que preocuparse por las serpientes; deben preocuparse más por los escorpiones.
Estos arácnidos, temidos por el aguijón tóxico que llevan en su cola, proliferan debido a la urbanización y al aumento de las temperaturas.
Como resultado, los escorpiones se han convertido en el animal venenoso más letal de Brasil, lo que plantea un creciente peligro para los residentes de todo el país, y también una enorme demanda de antídotos.
La especie con mayor presencia en el país, el escorpión amarillo brasileño, es la más peligrosa de América del Sur.
A diferencia del resto de los escorpiones, esta especie es toda femenina y se reproduce de manera asexuada, lo que reduce las opciones de control de la población.
"El clima está más caliente y el metabolismo de estos animales también, entonces están más activos, están comiendo más, se reproducen más rápido", explica Thiago Chiariello, coordinador de producción de suero antiescorpiónico del Instituto Butantan de San Pablo.
A este factor se le suma la descontrolada urbanización, que espanta a los depredadores naturales de los escorpiones, como las lagartijas y las aves, e impulsa la cantidad de cucarachas disponibles, sabroso alimento para los arácnidos, y el problema se vuelve evidente.
"Las ciudades no se controlan", y la expansión de la basura que estas generan representa más comida para los escorpiones, explica Chiariello.
"Esto aumenta el contacto con las personas y, por lo tanto, ocurren más accidentes".
El año pasado - que es la última serie de datos disponibles - se registraron 152 muertes por picadura de escorpión en Brasil, frente a 140 por mordedura de serpiente. Esto representa un incremento con respecto a 2019, cuando se registraron 95 muertes por picadura de escorpión.
Según el Ministerio de Salud de Brasil, el año pasado se registraron más de 200.000 picaduras de escorpión, un 250% más que una década atrás y un promedio de casi 550 picaduras por día.
Las personas adultas saludables picadas por el escorpión amarillo brasileño podrían tener síntomas de leves a moderados, como dolores, vómitos, sudoración excesiva y temblores.
Pero existen síntomas más intensos, como conmoción, acumulación de líquido en los pulmones, colapso cardiovascular e insuficiencia cardíaca, que pueden ser letales, especialmente para niños y personas mayores.
Antídoto que salva vidas
Ante esta situación, el antídoto del Butantan es crucial.
El equipo de Chiariello lleva a cabo su tarea de producción de suero con extrema precisión.
Los trabajadores primero utilizan pinzas para guiar al aguijón del escorpión vivo hacia un recipiente.
Luego se inyecta el veneno en caballos, los cuales son menos vulnerables a los efectos de la toxina que los humanos y producen más anticuerpos.
"Hacemos todo un trabajo de purificación de la sangre del caballo", explica Paulo Goldoni, biólogo del instituto.
"El suero es la única forma de salvar vidas" agrega.
El año pasado, se administró el antídoto de escorpión a más de 11.000 brasileños, mayormente del sureste del país, densamente poblado, según las autoridades.
Como la demanda del suero crece a la par de la cantidad de escorpiones, el Instituto Butantan mantiene un suministro constante de donantes de veneno.
"Si a eso se sumara una escasez de suero, con certeza el número de muertes sería mucho más alto", expresa el biólogo.