Economía
Los vehículos eléctricos chinos en Brasil entrañan riesgos ante la baja demanda
En términos de seguridad, la posibilidad de manipular a distancia el software integrado en los vehículos eléctricos (VE) plantea importantes amenazas de ciberseguridad y espionaje.
Por Waldaniel Amadis |
SAO PAULO -- Los vehículos eléctricos (VE) fabricados en China congestionan los puertos y entrañan riesgos para la seguridad, al tiempo que algunos fabricantes estatales de automóviles chinos se tambalean.
Una de estas empresas, JAC Motors, ha visto cómo cambiaba su suerte al orientarse hacia los VE en Brasil.
En 2011, la empresa abrió simultáneamente 50 concesionarios en las principales ciudades de Brasil y prometió la creación de una fábrica brasileña, con el objetivo de romper el estigma y los prejuicios asociados a marcas chinas anteriores como Lifan, Effa, Chana y Towner.
Estas últimas marcas entraron en el mercado latinoamericano con vehículos de bajo costo, pero fallaron en cuanto a calidad, servicio posventa y piezas de recambio, lo que dañó su reputación.
JAC Motors logró 23.723 matriculaciones en su primer año, con el modelo J3 liderando sus ventas, según declaró a Entorno el especialista en automóviles Vinicius Hozara, fundador del popular canal brasileño de YouTube Meu Carro LifeStyle, quien citó datos de la Federación Nacional de Distribución de Vehículos Automotores (Fenabrave).
Pese a un debut ambicioso, JAC Motors vio caer las matriculaciones a 18.042 (-23,9%) al cabo de un solo año.
Este declive empeoró en los años siguientes por la falta de repuestos y la promesa incumplida de establecer una fábrica brasileña, dijo Hozara.
Para 2022, la marca cambió su enfoque en Brasil exclusivamente hacia los VE, con un incremento en las matriculaciones de 930 en 2021 a 1.237 en 2022.
En 2023, JAC Motors continuó apostando por los VE, incluyendo modelos utilitarios y camiones pequeños, pero las ventas siguieron cayendo, cerrando el año con sólo 811 matriculaciones y cinco concesionarios, apenas el 10% de la red que JAC Motors tenía cuando entró en el mercado brasileño.
La llegada en 2023 de BYD y GWM, competidores chinos de coches eléctricos, afectó aún más las ventas de JAC Motors, según Hozara, que señaló que la "relación precio- calidad de la marca es baja" y criticó su popular modelo eléctrico, el e-JS1, por su seguridad deficiente.
JAC Motors ha experimentado una modesta recuperación este año, con 1.471 matriculaciones hasta la fecha, según los datos de Fenabrave hasta octubre.
Vehículos eléctricos chinos en Brasil
Los VE chinos en Brasil suponen una mezcla compleja de oportunidades económicas y riesgos estratégicos en la relación de Pekín con América Latina, según un análisis del 19 de septiembre realizado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) de Washington.
Este crecimiento se considera un elemento crucial de la estrategia geopolítica China, especialmente en el contexto del fortalecimiento de los lazos con Brasil tras la apertura de su mercado a las empresas chinas.
A corto plazo, el stock excesivo de VE en los puertos brasileños ha provocado atascos y un incremento en los costes de transporte para otras industrias.
Los vehículos eléctricos chinos, que llevan meses amontonándose en los puertos brasileños -al igual que ocurre en algunos puertos europeos-, sufren retrasos debido al descenso de las ventas y al esfuerzo de China por mantener la producción industrial a pesar del descenso de la demanda interna.
Sin embargo, la demanda en los mercados internacionales también se ha ralentizado.
Brasil elevó los impuestos sobre los autos eléctricos del 10% al 18% en el primer semestre de este año, y planea aumentarlos al 35% en 2026, según un informe de Infobae del 14 de octubre.
Para evitar esta subida, China agilizó los envíos antes de julio, lo que provocó un exceso de vehículos en los grandes puertos brasileños, incluido el de Santos, principal punto de entrada de los autos eléctricos, sobre todo los de BYD.
"Esta [estrategia] encarece el transporte de todas las demás mercancías, ya que el espacio disponible en los buques es limitado, y cuando se encuentra espacio, el precio es más alto", explicó el observador de logística Lúcio Lage Rodrigues en una entrevista concedida a Tribuna en octubre.
Además, la limitada infraestructura de recarga de Brasil, junto con el alto precio y la rápida depreciación de los VE chinos, está frenando la demanda en el mercado local.
Riesgos de seguridad
Más allá de los retos logísticos y económicos, crece la preocupación por los riesgos a largo plazo que entraña la dependencia de Brasil de los vehículos de alta tecnología.
En términos de seguridad, la posibilidad de manipular a distancia el software integrado en los VE implica amenazas de ciberseguridad y espionaje, una preocupación planteada por el Departamento de Comercio estadounidense.
Las tecnologías de conectividad de estos vehículos -como el Sistema de Posicionamiento Global, los micrófonos, las cámaras y otros sensores- podrían aprovecharse para recopilar datos sensibles, lo que despierta inquietud tanto en Estados Unidos como en ciertos sectores de Brasil.
"No hace falta mucha imaginación para comprender cómo un adversario extranjero con acceso a esta información podría suponer un grave riesgo", declaró la secretaria de comercio estadounidense, Gina Raimondo, en un comunicado el 23 de septiembre.
Además, las empresas estatales chinas controlan gran parte de la infraestructura de la distribución eléctrica de Brasil, lo que tendrá un impacto significativo en la red de recarga de vehículos eléctricos del país.
El aumento en la demanda de estaciones de recarga sólo profundizará la dependencia de Brasil hacia las empresas chinas, lo que les permitirá dominar un mercado verticalmente integrado, según el CSIS.