Economía

Reto diario de los venezolanos: conseguir agua, luz y combustible para cocinar

El régimen autoritario de Nicolás Maduro ha sumido a Venezuela en una grave crisis económica, política y humanitaria.

Un hombre en motocicleta carga un bidón de agua en el barrio La Vega de Caracas. Las fallas crónicas de los servicios públicos en Venezuela provocan una 'privatización' de facto, informal y caótica, con la población obligada a cubrir con sus propios recursos el vacío dejado por la ineficacia de las redes estatales. [Federico Parra/AFP]
Un hombre en motocicleta carga un bidón de agua en el barrio La Vega de Caracas. Las fallas crónicas de los servicios públicos en Venezuela provocan una 'privatización' de facto, informal y caótica, con la población obligada a cubrir con sus propios recursos el vacío dejado por la ineficacia de las redes estatales. [Federico Parra/AFP]

AFP |

CARACAS -- Yusmary gasta hasta la mitad de su salario semanal en agua. Isora debe acudir al mercado negro para conseguir bombonas de gas para poder cocinar. Rodrigo, cansado de los apagones, compró generadores portátiles para su casa y negocio.

Los servicios públicos ofrecen funcionan de una manera errática en Venezuela y los ciudadanos pagan mucho para compensar las deficiencias.

Cuando se corta la electricidad y se agotan los suministros de agua y gas, la gente se pone a buscar los suministros en las redes privadas caóticas.

"La gente tiene que resolver y seguir con su vida diaria", dijo a la AFP Jesús Vásquez, director de Monitor Ciudad, una ONG que rastrea el agua, la electricidad y el gas en Caracas y cuatro estados de este país de 30 millones de habitantes.

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, habla durante una reunión en Caracas. El régimen autoritario de Maduro ha sumido a Venezuela en una grave crisis económica, política y humanitaria. [Federico Parra/AFP]
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, habla durante una reunión en Caracas. El régimen autoritario de Maduro ha sumido a Venezuela en una grave crisis económica, política y humanitaria. [Federico Parra/AFP]
Yusmary Gómez, de 36 años, sostiene una manguera para llenar los recipientes plásticos debido a la escasez de agua, en su casa en el barrio La Vega de Caracas. Gómez ha llegado a gastar en agua la mitad del dinero que gana a la semana. Las fallas crónicas de los servicios públicos en Venezuela provocan una 'privatización' de facto, informal y caótica, con la población obligada a cubrir con sus propios recursos el vacío dejado por la ineficacia de las redes estatales. [Federico Parra/AFP]
Yusmary Gómez, de 36 años, sostiene una manguera para llenar los recipientes plásticos debido a la escasez de agua, en su casa en el barrio La Vega de Caracas. Gómez ha llegado a gastar en agua la mitad del dinero que gana a la semana. Las fallas crónicas de los servicios públicos en Venezuela provocan una 'privatización' de facto, informal y caótica, con la población obligada a cubrir con sus propios recursos el vacío dejado por la ineficacia de las redes estatales. [Federico Parra/AFP]

Las protestas por la situación son frecuentes.

El pueblo de Venezuela está atrapado en el autoritarismo y la mala gestión económica del presidente Nicolás Maduro.

Ha aplastado toda oposición política y depende del apoyo de Rusia, China e Irán para mantenerse en el poder, pero el pueblo venezolano sigue siendo pobre, sin importar cuántos acuerdos firmen esos países con Caracas.

La contratación de compinches incompetentes tanto de Maduro como de su predecesor Hugo Chávez para administrar la crucial empresa estatal petrolera Petróleos de Venezuela fue un paso notable hacia el empobrecimiento del país.

Tuberías de agua vacías

En La Jota, barrio caraqueño de La Vega, se escucha un grito: "¡Vuelve el agua!".

Todos se apresuran a llenar baldes y garrafas para asegurar el suministro de agua a las familias.

Yusmary Gómez, una madre de 36 años, dice que no es raro que el agua llegue sólo una vez cada dos semanas.

"El año pasado no recibimos ni una gota de agua durante tres meses y medio".

En su casa tiene una cisterna plástica con capacidad de 800 litros que le regalaron durante una campaña electoral.

El agua de la ciudad, cuando llega, suele ser amarillenta, por lo que compra jarras de 20 litros en la tienda donde trabaja, para beber y cocinar.

Cada día de pago, su jefe deduce el coste. Llenar dos contenedores cuesta un dólar. "Recibo 30 dólares a la semana y me pagan 15 dólares", declara Gómez a AFP.

Monitor Ciudad estima que los residentes de la ciudad reciben agua en promedio durante 60 de las 168 horas de una semana determinada.

Para los residentes de clase media, es común pagar 70 dólares por el envío de un camión cisterna para llenar cisternas privadas.

En las zonas más prósperas, los vecinos a veces gastan hasta 20.000 dólares para perforar pozos privados y compartir la producción.

Según estimaciones privadas, el salario medio en el país es de 150 dólares al mes. El salario mensual mínimo es inferior a 5 dólares.

Con una aplicación móvil, las comunidades pueden notificar al gobierno de Maduro, y en teoría este despliega unidades para reponer líneas de agua, pavimentar caminos o reacondicionar escuelas.

Maduro culpa a las sanciones estadounidenses por la crisis de los servicios, pero el país está azotado por la desinversión y las acusaciones de corrupción.

Gasolina por medicina

El agua no es el único recurso escaso en La Jota.

Isora Bazán se queja de la entrega errática de bombonas de gas natural para cocinar. Para hacer frente a los retrasos, está obligada a recurrir al mercado negro.

"Dejo de comprar medicinas para ir a comprar gasolina", comentó a AFP esta jubilada de 61 años.

En una avenida, los comerciantes venden bombonas de gas por entre 10 y 20 dólares. Le jubilación de Bazán es inferior a cinco dólares.

Sólo el 17 % de la población cuenta con gas canalizado, según Monitor Ciudad.

Generadores privados

La refrigeradora de Felicinda Mendoza, de 74 años, falló a causa de frecuentes apagones.

"Se va mucho la luz... Ayer saqué la carne, el pollo y la poca comida que tenía. Estaba todo podrido", explicó.

Los apagones son especialmente problemáticos en las provincias, donde pueden durar horas.

"Si no encontramos una manera de solucionar estas cosas, vamos a morir de infarto", dijo a AFP Rodrigo Crespo, un empresario de 35 años.

Compró dos pequeños generadores, uno para su casa y otro para su negocio en Los Puertos de Altagracia, un pequeño pueblo cerca de Maracaibo en el oeste del país. Cada generador cuesta 350 dólares.

Hacerlos funcionar cuesta 100 dólares al mes en combustible.

No hay agua, no hay escuela

El colapso de los sistemas públicos de salud y educación también fastidia a los venezolanos.

La hija de cuatro años de Gómez falta a clases con frecuencia cuando su preescolar estatal cierra sus puertas por falta de agua.

"Nos envían un mensaje de texto: no hay agua, y por eso no hay escuela", comentó.

Desde la pandemia de coronavirus, se ha vuelto común que los estudiantes de las escuelas públicas tengan clases solo dos o tres días a la semana debido a que los maestros se jubilan debido a los bajos salarios.

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