Por AFP | 2024-09-24

LA HABANA, Cuba – Los alimentos subsidiados, sin los cuales la mayoría de los cubanos no comerían nada, se están volviendo cada vez más escasos y costosos a medida que el gobierno, luchando contra las sanciones, lucha por pagar las importaciones.

Los panes son más pequeños (ni siquiera del tamaño de la mano de un adulto), el arroz es escaso y no se encuentran aceite ni café por ninguna parte.

"Algunos se acuestan sin comer nada, sólo agua con azúcar, si tienen", comentó Rosalía Terrero, de 57 años, que trabaja en una de las "bodegas" de La Habana, donde se pueden comprar alimentos subsidiados.

Los estantes de la tienda están casi vacíos.

La propia familia de siete miembros de Terrero sobrevive en gran parte con un trozo de pan subsidiado cada día, cuyo peso el gobierno ha reducido de 80 a 60 gramos (2,8 a 2,1 onzas) que, según ella, no es suficiente "para llenar el estómago".

Otros alimentos básicos incluyen arroz y frijoles.

La mayoría de la gente no puede permitirse el lujo de comprar en tiendas privadas (autorizadas en la nación comunista hace sólo tres años) o en tiendas estatales no subsidiadas que sólo aceptan moneda extranjera.

Cuba está luchando contra su peor crisis económica en 30 años, con una inflación altísima y un salario mensual promedio de apenas 42 dólares.

Pero la escasez de alimentos "es lo que más golpea a los cubanos", declaró Terrero a AFP.

"Si no tienes arroz en la mesa, pasta o fideos, no se nota tanto, pero cuando no hay nada, golpea muy fuerte. Los cubanos permanecen disgustados desde que se despiertan hasta que se acuestan".

Con las reservas de divisas agotándose, a Cuba le resulta cada vez más difícil pagar la alimentación de su población de alrededor de 11 millones de personas.

La isla comunista necesita cada mes unas 3.300 toneladas de trigo para pan, pero en julio y agosto pudo adquirir un tercio de esa cantidad, y en septiembre sólo 600 toneladas, según datos oficiales.

La semana pasada, un barco cargado de trigo se encontró atracado en el puerto sin poder descargar, y el gobierno dijo que no tenía el "financiamiento" para pagar el cargamento.

Esto también ha sucedido con los recientes cargamentos de arroz y sal.

La ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz, había advertido a la población que en septiembre, al igual que en agosto, "no habrá ni aceite ni café" en ninguna parte.

"Ni siquiera aire"

Linorka Montenegro, ama de casa de 55 años, suspira en la cola de una "bodega" de La Habana Vieja.

"Mi heladera está vacía, no hay nada, ni siquiera aire", señaló a AFP esta madre de cuatro hijos y abuela de cinco.

Consiguió cinco libras de arroz y dos libras de azúcar, pero se queja de que esto es sólo una parte de la ración mensual subvencionada a la que tiene derecho.

La peor crisis económica de Cuba desde la década de 1990 también ha visto a los residentes luchar contra la escasez de medicamentos y combustible y constantes apagones.

El gobierno atribuye la situación a las sanciones estadounidenses vigentes desde 1962.

Desde el año 2000, los productos alimentarios están excluidos del embargo estadounidense sobre el comercio con La Habana. Pero Cuba debe pagar en efectivo y por adelantado, condiciones onerosas para un país con pocas divisas y sin acceso a préstamos de bancos incluidos en la lista de vigilancia de sanciones.

La Habana también tiene una alta deuda externa y una escasez de divisas, lo que complica de manera similar las compras de alimentos de otros países.

La recesión económica de Cuba se vio agravada por la pandemia de covid-19 que afectó duramente a la vital industria turística del país.

Otra causa fue totalmente autoinfligida: una reforma monetaria de 2021 que eliminó el "peso convertible" CUC vinculado al dólar, una medida que alimentó la inflación y provocó que el valor del peso cubano o CUP se desplomara.