Derechos Humanos

Carreteras bloqueadas y campos en ruinas: China esconde detenciones de Sinkiang fuera de la vista

Los periodistas observaron más de cerca los centros de detención en Sinkiang, una región bajo vigilancia extrema y poco denunciada.

Esta fotografía tomada el 15 de julio muestra la entrada a una escuela técnica y vocacional que supuestamente es un centro de detención en el condado de Jiashi en la prefectura de Kasgar en la región noroccidental china de Sinkiang. [Pedro Pardo/AFP]
Esta fotografía tomada el 15 de julio muestra la entrada a una escuela técnica y vocacional que supuestamente es un centro de detención en el condado de Jiashi en la prefectura de Kasgar en la región noroccidental china de Sinkiang. [Pedro Pardo/AFP]

Por Entorno y AFP |

ARTUX, China -- Un policía aleja a los periodistas de una prisión en el desierto de Sinkiang, parte de una red de centros de detención transformados por las cambiantes políticas de China en esa región al noroeste del país.

Desde 2017, más de un millón de uigures y otros musulmanes han sido arrastrados a campos de internación donde los abusos contra los derechos humanos son habituales, afirman investigadores, activistas y miembros de la diáspora.

Según Beijing, las instalaciones eran centros voluntarios para la enseñanza de habilidades vocacionales, cerrados hace años después de que sus habitantes se "graduaran" con empleos estables y una vida mejor.

Los analistas dicen que algunos campos han sido reacondicionados y otros han cerrado.

Un supuesto centro de detención en Artux, en la prefectura de Kizilsu, en la región de Sinkiang, al noroeste de China, el 19 de julio. [Pedro Pardo/AFP]
Un supuesto centro de detención en Artux, en la prefectura de Kizilsu, en la región de Sinkiang, al noroeste de China, el 19 de julio. [Pedro Pardo/AFP]
Un centro de detención en el condado de Jiashi, en la prefectura de Kasgar, en la región de Sinkiang, al noroeste de China, el 16 de julio. [Pedro Pardo/AFP]
Un centro de detención en el condado de Jiashi, en la prefectura de Kasgar, en la región de Sinkiang, al noroeste de China, el 16 de julio. [Pedro Pardo/AFP]
Esta fotografía tomada el 15 de julio muestra un presunto antiguo centro de detención, conocido como Yengisheher-2, en el condado de Shule en Kasgar, en la región noroccidental china de Sinkiang. [Pedro Pardo/AFP]
Esta fotografía tomada el 15 de julio muestra un presunto antiguo centro de detención, conocido como Yengisheher-2, en el condado de Shule en Kasgar, en la región noroccidental china de Sinkiang. [Pedro Pardo/AFP]

Es probable que "varios cientos de miles" de personas hayan sido enviadas a trabajar a parques industriales de alta seguridad, mientras las otras languidecen en complejos renombrados o reutilizados, opina Darren Byler, profesor asistente de la Universidad Simon Fraser de Canadá, quien estudia los patrones de detención en Sinkiang.

En julio, AFP intentó visitar los lugares de 26 supuestos campos en Sinkiang identificados en una investigación del Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI).

Algunos estaban rodeados de torres de vigilancia con guardias, cámaras de seguridad y altos muros con alambre de púas, mientras que otros estaban en desuso.

ASPI, un grupo de expertos financiado en parte por gobiernos occidentales, utilizó imágenes de satélite, documentos públicos y otras fuentes para identificar los lugares.

Beijing rechaza sus conclusiones.

"No se puede fotografiar nada"

Según ASPI, al menos ocho campamentos están alrededor de la ciudad de Artux, mayoritariamente uigur.

Un presunto centro de detención pareció construirse alrededor de 2017 y se amplió al año siguiente, según indica el grupo.

Para llegar al lugar, tres periodistas de la AFP recorrieron una autopista seguidos de cerca por un convoy de coches camuflados.

Después de una hora, llegaron a un desvío bloqueado por puertas metálicas que llevaban la insignia del Ministerio de Seguridad Pública de China.

Más allá, un camino se extendía en el desierto hacia un grupo de edificios en la distancia.

Las puertas se abrieron para permitir el paso de otros vehículos, pero permanecieron cerradas cuando llegó AFP.

Un periodista de AFP preguntó a un policía uigur si podían entrar.

"Esto es una prisión; definitivamente no se puede entrar", respondió, y agregó que era un "área restringida".

"No se puede fotografiar ni filmar nada", señaló educadamente pero con firmeza.

El policía no respondió a las preguntas sobre las personas internadas en el centro y AFP abandonó la zona.

Un total de diez lugares observados por AFP parecían operativos debido a la presencia de personal y al estado de las infraestructuras de seguridad externas.

Algunos complejos, a menudo en zonas remotas, abarcaban cientos de miles de metros cuadrados, escondidos detrás de muros de cinco metros de altura con alambre de púas y torres de vigilancia.

AFP no pudo entrar en ninguna prisión de Sinkiang ni identificar a nadie que estuviera indiscutiblemente encarcelado.

Caídos en desuso

Otros cinco sitios de supuestos centros de detención parecen haber caído en desuso.

Estas áreas coincidían con las descripciones de ASPI pero estaban abandonadas y mostraban signos de que se habían retirado las medidas de seguridad.

Los periodistas de AFP entraron en un complejo residencial de aspecto corriente, aproximadamente a una hora de viaje de la ciudad de Kasgar.

Allí, entre las filas de apartamentos idénticos, se alzaba un muro desmoronado de unos tres metros de altura.

Basándose en las imágenes satelitales, ASPI indicó que el muro fue construido en 2017 para sellar cuatro cuadras del complejo.

Se construyeron nuevas estructuras que probablemente albergaban a los detenidos dentro del perímetro, que tenía una entrada de alta seguridad.

Las imágenes posteriores muestran que una gran parte del sistema de seguridad fue retirada alrededor de 2019, según una investigación de ASPI.

Los periodistas de AFP pudieron entrar libremente en esa parte del complejo.

Los niños jugaban al balón de fútbol delante de la entrada de uno de los cuatro bloques de apartamentos.

Entre los bloques había filas de galpones prefabricados abandonados.

La mayoría estaban cerrados con llave y vacíos, pero en el interior de algunos se podían ver literas, mesas y otros muebles.

En uno, sobre filas de mesas se veían decenas de máquinas de coser cubiertas de polvo.

Para proteger su seguridad, los periodistas no preguntaron a ningún lugareño si los edificios habían sido utilizados para detenciones.

"Hacer realidad el sueño chino"

Otros siete sitios ahora parecen haber sido transformados, incluyendo un par de edificios a ambos lados de un tranquilo tramo de carretera a una hora al suroeste de Kasgar.

ASPI dice que los edificios albergaban un "centro de reeducación" llamado Konasheher-6, pero pareció cambiar de función en 2019.

Los periodistas de AFP recorrieron la calle entre las estructuras, rodeadas por rejas metálicas y conectadas por una pasarela cubierta.

Ahora, los bloques bajos de color rosa y amarillo parecen similares a las escuelas chinas comunes.

Contemplaron un campo de fútbol bien cuidado, una pista para correr, canchas de baloncesto y voleibol y mesas de ping-pong.

Un lema pintado instaba a los alumnos a "estudiar mucho... para hacer realidad el sueño chino", invocando una frase favorita del presidente chino Xi Jinping.

Inusualmente, una garita de policía azul y blanca daba a un lado del área deportiva, aunque no estaba claro si había personal dentro.

La visita tuvo lugar durante las vacaciones de verano y no había ningún escolar allí.

En otros lugares similares identificados por la ASPI, los periodistas de AFP vieron grupos de adolescentes jugando al fútbol y otros deportes.

Otros lugares fueron marcados para otros usos, incluidos centros de capacitación para funcionarios del Partido Comunista.

A unos pocos kilómetros al sureste de Kasgar, sobre una tranquila aldea agrícola se alzaban muros de cinco metros de altura con cables eléctricos.

Los desechos de la construcción se acumulaban bajo los muros exteriores, pero una mirada a través de la puerta de entrada revelaba jardines y edificios interiores en buen estado.

Un guardia de seguridad confirmó que el lugar solía ser un centro de detención, pero comentó que "todas las personas que estaban dentro ya se han ido".

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