Ciencia y Tecnología
Gran preocupación por la fuerte apuesta de China instalando puertos y bases espaciales en Latinoamérica
China está ampliando su ofuscada cooperación espacial con Latinoamérica como parte de su estrategia a largo plazo para convertirse en una potencia militar y espacial mundial.
![Antena y receptores de la base espacial china Espacio Lejano en Neuquén, Argentina. La estación es administrada por el Control General de Seguimiento y Lanzamiento de Satélites de China, una entidad de la Fuerza de Apoyo Estratégico del Ejército Popular de Liberación. [Comisión Nacional de Actividades Espaciales de Argentina]](/gc4/images/2023/07/28/43208-neuquen_antena-600_384.webp)
Por Juan Camilo Escorcia |
CARACAS –- China firmó recientemente un nuevo acuerdo de cooperación espacial con Venezuela, dando a Beijing acceso a las "estaciones terrestres de control de satélites" del país.
El acuerdo representa el último de una serie de medidas de China para expandir su presencia militar en Latinoamérica.
La Agencia Bolivariana de Actividades Espaciales de Venezuela (ABAE) y la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) firmaron el pasado 17 de julio un acuerdo de cooperación espacial.
La ministra venezolana de Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez, publicó en Twitter que Venezuela es el “primer país del continente americano en sumarse” al proyecto Estación Internacional de Investigación Lunar (ISIL), liderado por China y Rusia.
![Miembros del personal del programa espacial de China ante la plataforma de lanzamiento de la Misión de Vuelo Espacial Tripulado Shenzhou-16, un día antes del lanzamiento en el Centro de Lanzamiento de Satélites de Jiuquan, provincia de Gansu, China. [Héctor Retamal/AFP]](/gc4/images/2023/07/28/43212-china_space-600_384.webp)
“La asociación estratégica de Venezuela y China abarca todas las áreas de cooperación”, declaró Jiménez.
En 2019, China firmó un acuerdo similar con Argentina y en 2021 firmó otro con Brasil.
China, bajo la presidencia de Xi Jinping, ha logrado avances significativos en Latinoamérica, desarrollando puertos marítimos y bases espaciales para fortalecer las relaciones con los países aliados y debilitar las alianzas con las instituciones occidentales.
“La administración Biden ha advertido sobre el riesgo latente de la creciente influencia de China en Latinoamérica”, señaló Marcela Prieto, vicepresidenta de Relaciones Institucionales de Visión Américas, una consultora con sede en Washington, DC.
Según Prieto, luego de que The Wall Street Journal informara el 8 de junio que China y Cuba habían llegado a un acuerdo para que Beijing estableciera una base de espionaje electrónico en la isla a 160 kilómetros de Miami, quedó claro que el desarrollo de infraestructura de China en Latinoamérica es parte de un andamiaje para fines militares y de espionaje, no solo comerciales.
“Los proyectos de infraestructura chinos en Latinoamérica, como puertos navales y bases espaciales, podrían utilizarse con fines de interceptación de telecomunicaciones, similar a la base en Cuba”, comentó Prieto a Entorno.
La base de espionaje electrónico chino en Bejucal, Cuba, está claramente destinada a espiar las comunicaciones estadounidenses. Sin embargo, el propósito de otros proyectos chinos en Latinoamérica, como el acuerdo recientemente firmado con Venezuela, es menos claro.
A simple vista, los acuerdos parecen ser de cooperación comercial, como la construcción de puertos marítimos, o de investigación espacial, como el desarrollo de bases espaciales.
Sin embargo, la fórmula de China para expandir su influencia en Latinoamérica desdibuja las líneas entre civiles y militares. La mayoría de los acuerdos firmados son con empresas chinas estatales controladas por el Partido Comunista Chino (PCCh), así como con otras organizaciones que parecen ser de carácter civil, como la CNSA.
Pero estas organizaciones frecuentemente están eclipsadas por el Ejército de Liberación Popular (ELP).
Espacio geopolítico
En abril, el Washington Post publicó informes filtrados del ejército estadounidense de que China y Nicaragua estaban celebrando negociaciones secretas para construir un puerto de aguas profundas en Nicaragua que podría usarse con fines militares.
China Harbour Engineering Co., una empresa de ingeniería estatal con sede en China, lidera el proyecto del puerto marítimo en Nicaragua. La empresa ha estado negociando con el régimen de Daniel Ortega desde 2022 para asegurar el contrato del proyecto.
El 13 de febrero, el periodista español Juan Pablo Cardenal escribió un artículo en el sitio web Cadal, una organización argentina que monitorea los derechos humanos en países autocráticos: "Beijing y sus aliados regionales suelen utilizar el comodín del 'uso civil' para silenciar las críticas y la incertidumbre".
"En las culturas políticas democráticas, existe una clara distinción entre las esferas civil y militar. Sin embargo, en China, esta división no existe", escribió.
Como resultado, "nada que sea estratégico se considera civil o fuera del alcance del gobierno", agregó.
Cardenal también citó el puerto de Chancay, Perú, como ejemplo de una instalación de "doble uso" que podría usarse tanto para fines civiles como militares.
El puerto será administrado por la empresa estatal China Ocean Shipping Co. (Cosco), que se considera el "núcleo duro" del régimen chino. Esto significa que Cosco está estrechamente alineado con el PCCh y es probable que obedezca sus órdenes.
Un artículo publicado por el diario argentino La Nación en junio, basado en una investigación del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) en Washington, DC, identificó al menos 10 posibles bases navales que China podría utilizar en Latinoamérica.
Estas bases incluyen Ensenada (México), Cristóbal y Balboa (Panamá), Chancay (Perú), Paraguaná (Brasil) y Río Grande (Argentina).
"Estas instalaciones constituyen un segmento de una red global de estaciones terrestres que mantienen comunicaciones con los satélites a medida que pasan por diferentes regiones geográficas a lo largo de su órbita. Su proximidad a los Estados Unidos ha aumentado los temores de que puedan usarse para espiar activos estadounidenses y interceptar información confidencial", expresó el CSIS en un informe titulado "Ojos en los cielos. La creciente huella espacial de China en América del Sur", publicado en octubre pasado.
Base inquietante
La iniciativa de China de dominar el espacio cercano a la Tierra con el apoyo de Latinoamérica y el Caribe no es nueva. Durante dos décadas, la relación entre las dos regiones ha evolucionado más allá de razones principalmente extractivas para incluir un enfoque creciente en el espacio y la tecnología digital.
El resultado más tangible es la estación Espacio Lejano en Neuquén, Argentina. La estación es administrada por el Control General de Seguimiento y Lanzamiento de Satélites de China, una entidad de la Fuerza de Apoyo Estratégico del EPL, según el CSIS.
Espacio Lejano, que tiene una antena de 35 metros de diámetro y fue puesto en servicio en 2017, es un misterio para las autoridades argentinas. El gobierno tiene poco o ningún acceso a las instalaciones de la estación y se especula sobre su verdadero propósito.
La base parece servir tanto para "propósitos civiles como militares chinos", según Aleksandra Gadzala Tirziu, analista, fundadora y directora ejecutiva de Magpie Advisory, una firma de asesoría de riesgos geopolíticos y asuntos públicos.
Esta observación fue hecha por Tirziu el 4 de julio, en un informe publicado por el sitio web de los Servicios de Inteligencia Geopolítica de la consultora.
De hecho, "algunos analistas sugieren que podría haber estado involucrado en el globo espía chino que apareció en el espacio aéreo estadounidense a principios de este año", agregó.
La estación de Neuquén, que fue diseñada para facilitar la comunicación de las naves espaciales chinas que pasan por el hemisferio sur, utiliza tres bandas de frecuencia para recibir y recopilar datos. Estas bandas son la banda S, la banda X y la banda Ka.
“Las tres bandas se pueden usar para transmitir datos relacionados con la investigación científica y las comunicaciones comerciales, pero las bandas X y Ka generalmente se reservan para uso gubernamental, lo que puede incluir la transmisión de información confidencial”, como explica el informe del CSIS.
Además de sus lazos con Argentina, China ha establecido relaciones espaciales con Bolivia, Chile, Ecuador y Venezuela. Estos países han recibido servicios de lanzamiento, componentes satelitales y plataformas de China, que les permiten monitorear sus recursos naturales y la actividad agrícola, mejorar las telecomunicaciones y recopilar datos geoespaciales.
Estos datos podrían utilizarse para la vigilancia de fronteras y otros temas de seguridad nacional.
“Estamos ante una estrategia muy amplia”, expresó Jonathan Ward, especialista estadounidense en temas de competencia global entre China y Estados Unidos, en un artículo publicado el 17 de junio en el diario La Nación de Argentina. “Fue solo en los últimos cuatro o cinco años que Estados Unidos se dio cuenta de las consecuencias del poder económico global de China y que se convirtió en un importante problema militar de seguridad nacional, no solo para nosotros sino también para muchos otros países en Asia y el resto de el mundo."
Las consecuencias para Latinoamérica serían una profundización de la dependencia económica de China, así como la posibilidad de que Beijing ejerza una influencia militar y diplomática mucho más significativa en el continente, señaló Ward.
En la misma línea, China tiene un "plan a largo plazo", destacó Prieto a Entorno.
China sabe cuándo "activar y desactivar el volumen" de sus actividades de acuerdo con sus objetivos, precisó.
“El objetivo a largo plazo está claramente definido e incluye a Estados Unidos como enemigo geopolítico”.