Derechos Humanos
Las mujeres de Perú y Ecuador al frente de la resistencia contra la minería china
Cuestionan un "modelo patriarcal-neocolonial" de explotación de recursos que margina sus opiniones.
![Campesinos e indígenas de Pumamarca, Perú, protestan por la contaminación del agua causada por la mina Las Bambas, la persecución judicial de sus dirigentes y la violencia policial destinada a desalojarlos de Sallawi, tierra comunal donde crían ganado. [Comunidad campesina de Pumamarca - Pueblo indígena]](/gc4/images/2025/06/17/50850-peru1-600_384.webp)
Por Entorno |
QUITO/LIMA -- “¿Cómo puede ser que en tu propio pueblo, donde has nacido, por ser mujer no tengas derecho a la tierra? Es injusto”, reclama Matilde, líder comunera del sur de Perú, con la voz llena de rabia contenida.
Ella ha recibido amenazas por denunciar a Las Bambas, una de las mayores minas de cobre del mundo, gestionada por la empresa china MMG. Su historia no es un caso aislado.
En Ecuador, Mónica, líder central del movimiento que en 2018 paralizó judicialmente el proyecto minero Río Blanco, recuerda cómo las mujeres lideraron la lucha.
“Éramos mitad-mitad, hombres y mujeres, pero nosotras afrentábamos más, en primera línea (…) como mujeres somos más resistencia, no nos dejamos conquistar, engañar de las empresas”.
![Manifestantes de las comunidades locales afectadas por el proyecto minero Las Bambas en Perú expresan sus reclamos durante una manifestación en 2021. [Ministerio de Energía y Minas]](/gc4/images/2025/06/17/50849-peru2-600_384.webp)
Los nombres de Matilde y Mónica se han cambiado por motivos de seguridad, y sus relatos forman parte de una nueva investigación de DAWN (Desarrollo Alternativo para una Nueva Era), una red feminista del sur global. El estudio pone de relieve cómo las mujeres indígenas, campesinas y urbanas de bajos ingresos de América Latina lideran la oposición a los proyectos mineros respaldados por China, sobre todo en Perú y Ecuador, a menudo asumiendo grandes riesgos personales.
TituladoImpacto de Género del Involucramiento de China en el Sur Global, el estudio abarca ocho casos en África, Asia, el Pacífico y Latinoamérica. Los ejemplos de Río Blanco y Las Bambas ilustran crudamente el papel central de la mujer en la defensa territorial.
Enfrentarse al gigante
Diana Castro, investigadora de la ONG ecuatoriana Latinoamérica Sustentable (LAS) y una de las autoras del informe, ha seguido ambos conflictos.
"[En ambos casos], los conflictos ambientales y sociales están latentes y las mujeres han jugado un papel activo en los procesos de resistencia”, afirmó.
Las Bambas, situada a más de 4 000 metros sobre el nivel del mar en la región de Apurímac (Perú), se convirtió en la mayor adquisición minera china en el extranjero cuando MMG, filial de China Minmetals, se la compró a Glencore en 2014 por 5 850 millones de dólares.
Poco después de la adquisición, MMG modificó unilateralmente el plan de transporte de minerales, sustituyendo un oleoducto por una ruta de camiones que atraviesa más de 150 comunidades rurales. El cambio provocó una reacción inmediata. El flujo constante de camiones trajo consigo polvo, ruido y daños en las carreteras, perturbando la vida cotidiana.
En Río Blanco, Ecuador, las mujeres también lideraron desde el frente. “El valor más grande en la organización son las mujeres", admiten dos residentes hombres. "Nosotros vamos atrasito nomás”.
En 2018, decenas de mujeres ocuparon físicamente el campamento minero chino y posteriormente testificaron ante los tribunales durante una exitosa batalla legal contra el proyecto.
Victoria judicial, una nueva lucha
La justicia ecuatoriana falló a favor de la comunidad, ordenando la desmilitarización de la zona y la suspensión de la explotación minera por violación del derecho constitucional a la consulta previa. Pero cuando Junefield Gold Investments se retiró, dejó los yacimientos abandonados sin reparación ni cierre, lo que alimentó la minería ilegal y el aumento de la violencia.
“La mina se fue, pero el problema se quedó”, señaló Castro Salgado.
En respuesta, las mujeres locales formaron Sinchi Warmi en 2022, una organización de mujeres indígenas, rurales y urbanas que se resisten a los avances de las industrias extractivas. Río Blanco, situado a 3 900 metros sobre el nivel del mar, se encuentra en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Cajas de Ecuador, reserva de la biosfera de la UNESCO y humedal Ramsar.
Criminalización de defensoras
En Perú, la resistencia a Las Bambas también ha tenido un precio. El informe de DAWN documenta cómo los defensores, especialmente las mujeres, se enfrentan al acoso legal y la intimidación. De las cuatro mujeres peruanas entrevistadas, tres habían recibido amenazas. Dos fueron acusadas penalmente.
Juana, una de las acusadas, declaró: “Tengo denuncia por reclamar nuestros derechos en tema ambiental, en tema de consulta previa”. Verónica fue acusada de “robo agravado” simplemente por participar en una protesta.
Estas tácticas forman parte de una estrategia más amplia, afirma Matilde. "La mina compra a todos y no hay donde quejarnos. La autoridad se ha hecho comprar con la mina. Quienes se pronuncian contra la mina son amenazados u ofrecen plata".
La ceguera deliberada del modelo chino
Las empresas chinas han mostrado escaso o nulo compromiso con las organizaciones locales de mujeres y no incorporan la perspectiva de género en su funcionamiento, concluye DAWN.
Esta negligencia refleja lo que los investigadores llaman un "modelo extractivista patriarcal-neocolonial (explotación de recursos)".
A pesar de que el extractivismo afecta a comunidades enteras, el informe subraya cómo las mujeres experimentan los daños de forma más aguda, desde el punto de vista medioambiental, económico, social y cultural, debido a su papel como cuidadoras de la tierra, el agua y la unidad de la comunidad.
"Sienten los impactos más directamente y se resisten más tenazmente", señala el informe.
Desde los Andes ecuatorianos hasta la sierra peruana, las mujeres siguen organizándose, protestando y defendiendo sus territorios. Con sus voces, sus cuerpos y su fuerza colectiva, desafían no sólo a las empresas extranjeras, sino también a los sistemas arraigados que extraen sus minerales, su dignidad, su soberanía y la vida misma.