Seguridad
“No hay seguridad”: Un puerto sin ley de Ecuador se convierte en un campo de batalla para los cárteles
La extorsión, el secuestro, el asesinato y el narcotráfico dominan ahora el vital Puerto Bolívar de Ecuador, otrora un próspero centro de exportación de bananas y mariscos.
![Un soldado ecuatoriano patrulla Pitahaya, en el archipiélago de Jambelí, provincia de El Oro. El otrora bullicioso enclave portuario de Puerto Bolívar ahora está casi desierto, mientras los pescadores locales, vulnerables a la creciente violencia relacionada con las drogas, temen hablar abiertamente. [Marvin Recinos/AFP]](/gc4/images/2025/02/24/49284-ecuador1-600_384.webp)
Por AFP |
PUERTO BOLÍVAR -- Ecuador enfrenta un desafío significativo en el combate a la creciente influencia de las bandas de narcotraficantes en su anárquica costa sudoeste, a pesar de los esfuerzos del gobierno por mejorar la seguridad.
En un oscuro centro de comando militar cerca de la frontera con Perú, ocho infantes de marina ecuatorianos armados con oxidados rifles M4 se preparan para una patrulla.
Por su seguridad, todos llevan mascarillas y se han quitado las etiquetas con sus nombres y las insignias de rango.
Al igual que gran parte del antes tranquilo Ecuador, Puerto Bolívar se ha convertido en un campo de batalla para cárteles rivales que luchan por transportar cantidades récord de cocaína desde Colombia y Perú a Europa, América del Norte y Asia.
![Vista aérea de Puerto Bolívar en la provincia de El Oro en Ecuador, parte del archipiélago de Jambelí. [Marvin Recinos/AFP]](/gc4/images/2025/02/24/49285-ecuador2-600_384.webp)
![Durante un patrullaje en el archipiélago de Jambelí, provincia de El Oro, fuerzas armadas ecuatorianas inspeccionan una embarcación. [Marvin Recinos/AFP]](/gc4/images/2025/02/24/49286-ecuador3-600_384.webp)
El año pasado, los infantes de marina encontraron unos 30 cadáveres en aguas cercanas al puerto, algunos decapitados y otros mutilados.
Una reciente bomba dirigida contra el líder de una pandilla local mató a dos personas y arrasó varias casas.
"No hay seguridad", comentó un residente que pidió no ser identificado por temor a ser asesinado.
Los infantes de marina parten del muelle en dos embarcaciones y avanzan a toda velocidad por un laberinto de canales y estuarios de color marrón fangoso, flanqueados por manglares, muelles y pueblos de pescadores.
La mayor parte de su patrulla de cuatro horas no tiene nada destacable. Registran algunos barcos pesqueros y no encuentran nada.
Pero cuando entran en Huayala, un estuario repleto de muelles destartalados y edificios de bloques de hormigón, la unidad se coloca en posición, con los rifles amartillados y levantados.
Los militares observan nerviosos el conjunto de barcos y edificios, donde cientos de ojos vigilan desde las sombras.
"No es buena idea que nos quedemos aquí mucho tiempo", señala uno de los soldados. "Alguien podría disparar".
Pago de "vacunas"
Puerto Bolívar es uno de los puertos exportadores de banana más importantes del mundo y un puesto clave para el comercio de productos de mar, estratégicamente vital para la economía de Ecuador.
Pero hoy las grúas portacontenedores parecen paradas y los muelles de aguas profundas están prácticamente vacíos.
Los negocios en auge son la extorsión, el secuestro, el asesinato, la pesca ilegal, el lavado de dinero y el tráfico de cocaína.
La mayoría de los residentes locales tienen demasiado miedo para hablar. "Me van a matar o van a matar a mi familia", declaró un anciano antes de que su esposa lo apartase.
Pero un puñado de residentes están lo suficientemente enojados como para hablar y arriesgar sus vidas.
Uno de ellos es un pescador local que aceptó hablar con AFP bajo condición de anonimato.
Llega a un punto de encuentro seguro con mascarilla y gorra y está decidido a contarle al mundo lo que está sucediendo en su comunidad y en su país.
Él admite haber pagado una "vacuna" (una cuota mensual más el 20% de su pesca a cambio de seguridad) a las pandillas.
"Donde no les hacemos caso, se desquitan con nuestros bienes. Hunden las embarcaciones, nos roban nuestros motores o simplemente algunos pescadores han desaparecido ya", relató.
Otros trabajan a gusto para los cárteles porque pagan más.
El pescador describió las numerosas maneras que tienen las pandillas de ganar dinero, desde la minería de oro hasta el contrabando de combustible a Perú.
Algunas tramas son sencillas: cargamentos de plátanos repletos de cocaína y enviados a Europa. Otras son complejas y suponen la compra de pescado inexistente para blanquear dinero.
Los nombres de las pandillas y sus líderes son bien conocidos por todos: Los Lobos, Los Lobos Box y Los Choneros.
"A algunos los conozco desde que eran niños y corrían sin zapatos", añadió el pescador.
La influencia criminal está al descubierto.
Uno de los numerosos burdeles de la zona se llama "Nápoles", en homenaje a la opulenta propiedad del mismo nombre del famoso capo de la droga colombiano Pablo Escobar.
Los militares admiten que los altos cargos del cártel Jalisco Nueva Generación de México están profundamente arraigados en la zona, visitan la zona y hacen negocios abiertamente.
Sumergido en la violencia
El presidente Daniel Noboa ha respondido a la crisis de seguridad de Ecuador declarando un estado de emergencia, realizando arrestos de alto perfil y enviando a los militares a las calles y a las cárceles controladas por pandillas.
Se estima que en Ecuador viven unas 20 bandas criminales dedicadas al tráfico, secuestro y extorsión, causando estragos en un país de 18 millones de habitantes situado entre los mayores productores de cocaína del mundo, Perú y Colombia.
En los últimos años, la nación se ha visto sumida en la violencia por la rápida expansión de cárteles transnacionales que utilizan sus puertos para enviar drogas a Estados Unidos y Europa.
Los homicidios han aumentado de seis por cada 100.000 habitantes en 2018 a un récord de 47 en 2023.
En virtud del estado de emergencia y la represión militar decretada por el presidente Daniel Noboa, en el cargo desde noviembre de 2023, esa cifra se redujo a 38 cada 100.000 habitantes el año pasado, según datos oficiales.