Diplomacia

Diplomáticos rusos rechazan prueba de alcoholemia en Argentina, y se avivan las tensiones diplomáticas

Los vecinos de la embajada rusa en Buenos Aires protestan periódicamente por sus efectos en la comunidad

Guardias protegen la entrada de la embajada rusa en Argentina. Los vecinos llevan tiempo protestando por las vallas y los vehículos aparcados que obstaculizan la circulación en la zona. [TV Pública]
Guardias protegen la entrada de la embajada rusa en Argentina. Los vecinos llevan tiempo protestando por las vallas y los vehículos aparcados que obstaculizan la circulación en la zona. [TV Pública]

Por Diego López Beltrán |

BUENOS AIRES -- La negativa de dos diplomáticos rusos a someterse a un control de alcoholemia mientras conducían en Buenos Aires el día de Navidad, ha desatado tensiones diplomáticas y avivado aún más las viejas rencillas entre los vecinos de la embajada rusa en Argentina.

Los residentes, que llevan años protestando contra las vallas de la embajada y los vehículos aparcados, que obstruyen la libre circulación en la zona, consideran el incidente un motivo más de frustración.

Los diplomáticos rusos se negaron a someterse a las pruebas de alcoholemia el 25 de diciembre, tras ser detenidos en distintos vehículos en un control, ante las sospechas de que conducían bajo los efectos del alcohol, según informaron varios medios de comunicación.

Uno de los diplomáticos fue identificado como Sergei Baldin, representante comercial de la embajada.

Baldin, que conducía un vehículo con matrícula diplomática, presuntamente se negó a bajar la ventanilla y a entregar los documentos solicitados por los agentes de tránsito.

El segundo individuo, identificado como Cardmath Solomatin, codirector de la Casa de Rusia en Buenos Aires, también se negó a someterse a la prueba de alcoholemia y a presentar la documentación de su vehículo.

Ambos se acogieron a la inmunidad diplomática para evitar su cumplimiento.

La situación se agravó cuando los diplomáticos permanecieron en sus respectivos automóviles durante varias horas, lo que provocó la intervención de la policía federal. Finalmente, los vehículos fueron escoltados por la policía hasta la embajada rusa en Buenos Aires.

El incidente dio lugar a una protesta formal de Rusia ante el Ministerio de Relaciones Exteriores argentino.

El 26 de diciembre, la ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, aclaró en una entrevista con Radio Mitre que la actuación de las autoridades argentinas se ciñó estrictamente a los protocolos internacionales establecidos por la Convención de Viena.

“En ningún momento se entró a los autos con lo cual no se violó la Convención de Viena”, precisó.

Descontento local

La última controversia se produce en medio de antiguas fricciones entre la embajada y los residentes de los alrededores.

"Los rusos hacen lo que quieren en este país", dijo un residente de Recoleta, el barrio de la embajada, a los medios de comunicación reunidos frente al edificio para recoger declaraciones sobre los dos incidentes recientes.

El ciudadano criticó el comportamiento de los diplomáticos y el impacto de la embajada en la comunidad.

“Traban la bajada de los discapacitados, dejan los autos estacionados en cualquier lado, tenemos una empalizada (cerca) desde hace tres años. Es la única embajada de este país que no podemos caminar por la calle”, señaló.

El hombre describió que la valla ocupa casi toda la acera, dificultando el paso de los peatones.

“Todos los días hay gente que se cae, no pueden caminar con un cochecito de bebé porque se traba”, agregó, y señaló que los vehículos de la embajada a menudo están aparcados obstaculizando la circulación en la zona..

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