Crimen y Justicia
Mujeres colombianas esclavizadas en el comercio sexual de China
El reciente desmantelamiento de una red de trata en Colombia pone de manifiesto los débiles controles sobre el tráfico sexual en China, donde la prostitución es ilegal pero sigue realizándose de forma encubierta en bares de karaoke y peluquerías.
Por Giselle Alzate |
BOGOTÁ -- Con sólo 19 años, una lucrativa oferta de trabajo como comerciante mayorista la llevó lejos de Colombia, impulsándola a dejarlo todo y embarcarse rumbo a China.
A su llegada a Guangzhou, todas sus esperanzas se hicieron añicos.
Sus captores le quitaron el pasaporte y le dijeron que tenía que pagar la deuda contraída con sus supuestos empleadores, que le habían comprado los pasajes de avión y le habían costeado el visado y otros gastos.
Tuvo que saldar su deuda realizando actividades sexuales en clubes y karaokes de toda la ciudad.
El caso de esta joven de 19 años, cuya identidad se ha mantenido en secreto para su protección, pone de manifiesto la difícil situación de innumerables mujeres de Colombia y del resto de Latinoamérica que han sido víctimas de traficantes de personas que operan en China.
Trata de blancas
A finales de octubre, la fiscalía colombiana anunció la última de una serie de detenciones relacionadas con la trata de mujeres con fines de explotación sexual en China.
El propietario de una agencia de viajes y uno de sus empleados fueron detenidos bajo la acusación de estar implicados en una red transnacional de tráfico de personas.
En un comunicado del 20 de octubre, la fiscalía reveló que entre junio de 2016 y octubre de 2019, los dos individuos adquirieron "pasajes aéreos y gestionaron pasaportes, visados y otros documentos para cuatro mujeres, posibilitando su viaje a Guangzhou (China)".
José Gaona, de Venezuela, y Angie Araque, de Colombia, serán procesados por asociación ilícita agravada y trata de personas.
A sus víctimas, de entre 19 y 25 años, las engañaban para que viajaran a China con promesas de trabajo como comerciantes mayoristas.
Una vez en China, sus captores les confiscaban los pasaportes y les decían que "tenían que realizar actividades sexuales en un club nocturno para saldar la deuda contraída por sus gastos de viaje y manutención", según la fiscalía.
Tres de las víctimas escaparon y, con la ayuda del consulado colombiano en Cantón, regresaron a Colombia, donde relataron sus desgarradoras experiencias.
Abuso físico y emocional
En sus declaraciones a las autoridades, describieron malos tratos físicos y emocionales destinados a quebrantar su ánimo y obligarles a cumplir con las exigencias de la red de trata.
Los acusados captaban a mujeres de regiones sin recursos del centro de Colombia, a las que atraían con ofertas de trabajo engañosas en China.
El desmantelamiento de esta red de trata pone de manifiesto los insuficientes controles que existen en China contra el tráfico sexual. La prostitución, aunque ilegal, se practica de forma encubierta en bares de karaoke y peluquería.
En promedio, una red de trata de personas invierte aproximadamente 6.000 dólares en transportar a una víctima de Colombia a China, según un estudio de la Universidad de La Sabana de Bogotá.
En sólo tres meses de explotación sexual, estas redes pueden generar unos 60.000 dólares por cada víctima.