Sociedad

Multitud de observadores de estrellas asisten al Parque Estatal Desengano de Brasil en busca de cielos oscuros

El Parque Estatal Desengano en Brasil es el primer "Parque Internacional de Cielo Oscuro" de Latinoamérica. El parque se caracteriza por la ausencia de contaminación lumínica y los visitantes pueden ver hasta 3.000 estrellas a simple vista.

Desengano es el primer "Parque internacional de cielo oscuro" de América Latina, según lo señala el rastreador global de contaminación lumínica DarkSky. [Samir Mansur y Camila Becker / Instituto Estadual do Ambiente]
Desengano es el primer "Parque internacional de cielo oscuro" de América Latina, según lo señala el rastreador global de contaminación lumínica DarkSky. [Samir Mansur y Camila Becker / Instituto Estadual do Ambiente]

AFP |

SANTA MARIA MADALENA, BRASIL - Asombrado por las tonalidades naranjas y azules del cúmulo estelar abierto llamado Jewel Box, parte de la constelación de la Cruz del Sur, Pedro Froes apenas logra pronunciar algunas palabras: "Es increíble".

Froes está observando las estrellas desde un telescopio en el Parque Estatal Desengano, una zona rural de Brasil, que está liberada de contaminación lumínica, ubicada a unos 260 kilómetros (160 millas) al norte de Río de Janeiro.

Desengano es el primer "Parque internacional de cielos oscuros" de Latinoamérica, según lo señalado por el rastreador global de contaminación lumínica DarkSky. Y Froes es uno de los tantos "astroturistas" que asisten al parque, atraídos por su aislamiento de las ciudades y la luz que diseminan al cielo nocturno.

“Desde aquí se pueden ver a simple vista 3.000 estrellas al año, sin la ayuda de un instrumento”, dice el astrónomo Daniel Mello, del Observatorio Valongo de la Universidad Federal de Río de Janeiro.

Observadores de estrellas en Desengano. [Samir Mansur y Camila Becker / Instituto Estadual do Ambiente]
Observadores de estrellas en Desengano. [Samir Mansur y Camila Becker / Instituto Estadual do Ambiente]

"En ciudades como Río o São Paulo, como mucho, puedes ver 200 al año".

En el jardín delantero de la sede del parque, ubicado en el pequeño pueblo de Santa Maria Madalena, Mello realiza una sesión de observación pública frente a unas 20 personas, apuntando con un láser a las constelaciones de la Cruz del Sur, Escorpio y Centauro.

La velada es parte de un proyecto creado por Mello y un grupo de especialistas en turismo, ecología y fotografía.

La ciudad más grande se encuentra a 120 kilómetros de distancia, protegiendo el parque, repleto de vegetación, bosques y montañas, de la luz artificial.

Eso significa que la Vía Láctea es visible a simple vista, incluso en las noches de luna llena. Dos telescopios permiten la observación de las estrellas más distantes.

“Siempre me gustó admirar el cielo, pero pocas veces tuve la oportunidad de verlo como aquí”, afirma Froes, un biólogo de 22 años de Niteroi, una ciudad cercana a Río.

Festival anual de las estrellas

Alrededor del 80 por ciento de las personas que viven en el planeta duermen bajo cielos nocturnos contaminados por luz artificial, consecuencia directa de la modernización y la urbanización.

Pero más allá de nublar las estrellas, la contaminación lumínica también tiene efectos ambientales negativo: ansiedad en los seres humanos, desorientación de las aves migratorias y problemas reproductivos para otras especies.

En Latinoamérica, existe solo otra área reconocida por DarkSky: es el Valle de Elqui, en Chile, clasificado como "santuario".

A diferencia de Chile, Europa o Estados Unidos, en Brasil el astroturismo aún está en ciernes.

Pero cada vez más observadores de estrellas se dirigen a Santa Maria Madalena, "especialmente en los últimos seis meses", dice Nelson Saraiva. Saraiva está a cargo de uno de los pocos hoteles en la ciudad de 10.000 habitantes, donde la mayoría de la población se dedica a la agricultura.

Saraiva, una maestra jubilada, está convencida de que el astroturismo puede convertirse en una gran ayuda económica para la comunidad. Más allá de las sesiones de observación de Mello, también hay encuentros mensuales que mezclan astronomía y gastronomía.

El gobierno y los empresarios locales se han unido para organizar un festival de estrellas para aprovechar el creciente interés turístico. El primer festival se organizó en septiembre pasado, con planes para este otoño para lo que se perfila como una tradición anual.

Equilibrio ecológico

Para obtener la certificación de DarkSky, el parque Desengano también tuvo que comprometerse a promover la educación ambiental, así como el uso de iluminación de bajo impacto.

Este tipo de medidas son buenas para el cielo, pero también tienen implicaciones muy positivas en la realidad de los habitantes del planeta.

“Tenemos una enorme diversidad de aves, mamíferos y reptiles que están aquí solo porque el lugar está preservado”, dice la directora de investigación y bióloga del parque, Carlota Enrici.

"Reducir la contaminación lumínica mantiene el ecosistema en equilibrio".

Mello, el astrónomo, espera que otros lugares de Brasil puedan seguir el modelo de Desengano, que no solo expandiría el turismo sino que también "rescataría el contacto de las personas con el cielo estrellado y con la naturaleza".

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