Por Alina Dieste (AFP) | 2023-07-21

En Uruguay, a miles de kilómetros de la guerra que libra el país de su nacionalidad contra su país natal, la diplomática rusa de origen ucraniano Ekaterina Germanovich vio cómo su vida cambió irremediablemente por el conflicto.

Renunciando a su trabajo como consejera económica en la embajada rusa en Montevideo en protesta por la invasión de Moscú, eligió un nuevo camino: encontrar consuelo en la repostería y ganar un concurso nacional.

En una entrevista con AFP tras convertirse en una celebridad en el pequeño país sudamericano, Germanovich describió la guerra como "un dolor que nunca se va a ir".

"La guerra ha polarizado a la gente. Es una ruptura que llevará décadas reparar... Las familias estaban rotas, separadas", comentó en su casa de Montevideo.

Nacida hace 40 años en Zaporiyia, entonces parte de la Unión Soviética pero ahora en Ucrania, se instaló de niña con sus padres y hermanos en Moscú.

Ella solo tiene la ciudadanía rusa.

Germanovich pasó las vacaciones de su infancia en Ucrania y tiene familia en ambos países.

Pero muchos de esos lazos ahora se han roto.

"En Ucrania, cualquier contacto con personas en Rusia se considera traición, y lo mismo en el lado ruso", explicó a AFP.

"Algunos de nuestros familiares en Ucrania dejaron de hablarnos por ser rusos".

De la depresión a los postres

Indignada por la guerra que el líder ruso, Vladimir Putin, describió como una "invasión militar especial", Germanovich señaló que renunció a su cargo en Montevideo en marzo de 2022, días después de la invasión.

“Tuve una carrera muy prometedora. Pero me resultaba imposible seguir representando a un gobierno que está bombardeando mi país de origen”.

Germanovich, que habla siete idiomas, comentó que había tenido problemas para encontrar otro trabajo después de terminar una carrera diplomática de 10 años y entró en "una depresión".

Luego, animada por una amiga, se inscribió en "Bake Off Uruguay", un concurso televisado con premios por valor de 600.000 UYU (casi 16.000 dólares estadounidenses).

El 12 de julio, se proclamó vencedora entre 14 competidores.

Su forma de hornear, indicó, se inspira en gran medida en las recetas tradicionales de su abuela materna ucraniana, quien falleció durante la competencia.

Pronto abrirá una pastelería en el restaurante de sushi de un amigo y espera algún día tener su propia casa de té.

Germanovich, que está embarazada de su tercer hijo, explicó que no tenía miedo de hablar, pero que no tenía planes de regresar a Rusia "en los próximos años".

No quiere arriesgar el futuro de sus dos hijos, especialmente el mayor, de 16 años, llevándolos a un país donde el servicio militar es obligatorio para todos los varones a partir de los 18 años.

"No sé qué pasaría si viajara a Rusia", añadió.

“Algunas personas me dicen: 'No es gran cosa, no te va a pasar nada'. Pero hablé públicamente en contra de la guerra".